El tema del incremento de los hechos delincuenciales en San Cristóbal durante las últimas semanas no quiere salir de las primeras páginas de los diarios de comunicación, y ahora le tocó el turno a diversas entidades empresariales y sociales de la provincia que están reclamando acciones puntuales para deshacer la ola delictiva.
La Cámara de Comercio y Producción de la provincia, el Consejo Empresarial de Desarrollo, el Plan Estratégico de Desarrollo San Cristóbal, el Instituto Politécnico Loyola y el Centro UASD local, señalaron en un documento conjunto que en pocas semanas se ha desatado una serie de atracos a negocios y ciudadanos en general que ponen en peligro la tranquilidad social (más de 34 asaltos, contabilizaron).
Dentro de las acciones que recomendaron para lograr la necesaria paz social está la puesta en marcha del Plan Municipal para la Convivencia Ciudadana Segura, elaborado en consulta con representantes de diversos sectores y que fue elogiado como ejemplar por el ministro de Interior y Policía, Jesús Vásquez Martínez, pero no ha sido puesto en marcha.
Dicho Plan pudiera ser una de las alternativas a utilizar en este momento para tratar de frenar los hechos, precisamente porque ha emanado del propio pueblo e involucra a la comunidad con el debido acompañamiento de la Policía y el Ministerio Público.
En trabajos anteriores hemos escrito sobre la importancia que reviste para las autoridades policiales el incorporar a su agenda nuevas acciones para la prevención y combate del delito en la provincia, por lo que el llamado que hacen estas instituciones empresariales y sociales va en el mismo sentido de lo antes publicado.
"No se pueden obtener diferentes resultados, haciendo siempre lo mismo", dice una frase muy conocida que muchos atribuyen al científico Albert Einstein. Esta es la realidad que tiene que asumir la Policía, y en específico las autoridades de paso aquí en la provincia, un nuevo enfoque de trabajo, una nueva visión y un enfrentamiento a las debilidades existentes.
Sin ánimos de enfilar los cañones a la Policía, pues la naturaleza de los trabajos no es esa, debe reconocerse la necesidad de una profunda reforma a la institución del orden, que debe incluir una mejoría en la tecnificación policial y los salarios, regular los especialismos y sacar de allí aquellas prácticas oscuras.
Este es el momento oportuno para que, entre todos, busquemos soluciones, pero no superficiales, sino que contribuyan a que se garantice de forma permanente la seguridad de los ciudadanos, por lo que "echar mano" de aquellas estrategias que puedan funcionar, debe ser ponderado, sobre todo, por quienes tienen la autoridad para aplicarlas.
Por Alexander Vallejo C.