El director del Observatorio Sismológico del Politécnico de Loyola, Javier Rodríguez, dijó que la marejada u oleaje que de forma repentina se presentó en Las Terrenas de Samaná, dejando atónitos a los presentes y a la población en general, tiene sus orígenes en un “mar de fondo o técnicamente mar de leva” que ocurre cuando se da un fenómeno atmosférico como una tormenta o ciclón muy fuerte lejano.
“Si el centro del ojo del huracán esta quizás a 300 o 400 kilómetros al norte de Sosua, Las Terrenas, Samaná, véase por las islas Bermudas (la tormenta Teddy) a esa distancia la baja presión se refleja en las corrientes oceánicas y cuando llegan a las costas más cercanas como Puerto Plata se nota más”.
Javier Rodríguez, especializado en petrografía y mineralogía en Alemania, y directivo de la Sociedad Dominicana de Geología, atribuyó también ese tipo de tipo de situaciones a la falta de acantilados o barreras coralinas en las costas.
Un ejemplo de esos lugares es la comunidad de Nagua, María Trinidad Sánchez donde el mar con un metro más que se eleve traspasa las carreteras y la gente no se da cuenta en tiempo de lluvia.
“Esto es muy diferente a un tsunami, que es producto de un terremoto submarino y parte del suelo oceánico se levanta genera un vacío en el mar, que se asemeja a un mar de fondo, pero que la ola puede llegar más lejos tierra adentro”, preciso Rodríguez.
El profesional, que dirige desde hace ocho años, el observatorio Sismológico Loyola sostiene que la zona norte tiene pocas barreras coralinas y el mar penetra con facilidad.