Los fiscales adjuntos acusados en el caso Dican utilizaron una maniobra fraudulenta para la obtención de la autorización del juez la instrucción que les permitió realizar el allanamiento, en la casa de donde se sustrajeron 950 kilos de cocaína.
De acuerdo a la solicitud de medida de coerción, los fiscales adjuntos Máximo Antonio Díaz Ogando y Ramón Augusto Veras Castro, para solicitar el allanamiento lo hicieron a nombre del también fiscal Leonidas Suárez, la que firmaron de orden y ejecutaron sin que éste diera el consentimiento.
Asimismo, la jueza de la Cámara Penal de la provincia Santo Domingo decidirá hoy viernes si dicta prisión preventiva o no en contra de los once implicados en el caso de sustracción de drogas de la Dirección Central Antinarcóticos de la Policía Nacional (Dican), incluido el director, el jefe de operaciones, los dos fiscales adjuntos y otros siete oficiales, alistados y subalternos.
La magistrada Wendy Martínez Mejía fijó para las 9:00 de la mañana la solicitud de la medida de coerción, consistente en un año de prisión preventiva presentada por el ministerio público en contra de los fiscales Díaz Ogando y Veras Castro, el director de la Dican, coronel Carlos Fernández Valerio, y el jefe de operaciones, teniente coronel Feliz Humberto Paulino López.
La medida incluye al mayor Luciano Gómez Cabrera, mayor Carlos Amézquita Reinoso; el primer teniente Bárbaro Torrez Beltrán, el cabo Agapito Muñoz Evangelista, la raso Raidirys García Miranda y el sargento Pedro Almánzar González.
La solicitud fue presentada por el procurador de la Corte de la Corte de Apelación de la provincia Santo Domingo, Eduard Robel Rodríguez Mendoza y Jeremías Nova Fabián, procurador general adjunto de la Corte de Apelación, adscrito a la Inspectoría General del Ministerio Público.
Señala que el 27 de septiembre pasado, los fiscales en compañía del jefe de operaciones de la Dican, y los demás miembros, practicaron un allanamiento en la calle 8 número 78, Residencial Michel, del ensanche Isabelita II, del municipio SDE. Una vez dentro, Paulino López dejó con los fiscales a los miembros del equipo, junto al sargento mayor De los Santos Zabala y se trasladó a la avenida México, estacionado el vehículo frente a la lavandería Royal.
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