Una poderosa explosión de gas destruyó ayer un pequeño hospital infantil de la capital mexicana y causó la muerte de dos personas y heridas a 66, incluidos 21 recién nacidos.
La explosión se registró poco después de las 7.00 hora local (13.00 GMT) por "una importante fuga" de la manguera de un camión de gas que estaba abasteciendo el centro médico, explicó el alcalde de Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera.
Los tres trabajadores de la compañía Gas Express Nieto, que desde 2007 brinda servicio al Gobierno capitalino, intentaron controlar la fuga, pero al no lograrlo dieron aviso al cuerpo de bomberos.
Cuando los bomberos empezaban a trabajar y las personas que se encontraban en el hospital salían del lugar debido a la fuga, se produjo una fuerte estallido, que generó el colapso de prácticamente todo el edificio y daños en las viviendas de los alrededores.
Los vecinos acudieron al lugar para ayudar a las víctimas, mientras poco a poco llegó personal de Protección Civil, de las secretarías de la Defensa y la Marina, así como la Policía Federal, que acordonaron la zona y comenzaron con las labores de rescate entre los escombros.
En un principio, las autoridades capitalinas dieron un saldo provisional de siete fallecidos, pero después ajustaron la cifra al notar que entre los muertos habían incluido a cinco personas que estaban inconscientes.
Las víctimas mortales son una bebé de tres semanas y una mujer de 25 años. De las 66 personas heridas, 21 son recién nacidos, de los cuales siete se encuentran graves, al igual que otros siete adultos.
La evacuación de los heridos hacia los hospitales de la capital se hizo vía aérea y terrestre. "La prioridad es atender a las víctimas" y buscar entre los escombros personas atrapadas, dijo Mancera, quien señaló que los trabajos se realizan a mano y con la ayuda de perros.
En las operaciones de rescate trabajan un millar de personas, apuntó el alcalde, quien se desplazó al lugar de la tragedia para coordinar personalmente los trabajos.
"Afortunadamente sacamos como a tres personas y también a unos tres bebés", dijo a Efe orgulloso uno de los vecinos del barrio de Contadero, que llegó al lugar tras la explosión.
En las redes sociales fue publicado un vídeo de un testigo que grabó el momento de la explosión, así como imágenes de un policía que logró rescatar a un bebé de los escombros en la zona de las cunas para los bebés, una de las más afectadas por el fuerte estallido.
La explosión destruyó la mayor parte del hospital público, pero se registró en un horario en el que sólo había una veintena de trabajadores, lo que evitó que la tragedia cobrara mayores dimensiones.
En relación al fuego que todavía se registra en el camión cisterna, que estaba al 87 % de su capacidad, el alcalde explicó que es "controlado" y el objetivo es extinguir todo el gas.
La Ciudad de México "está consternada", dijo tras expresar su solidaridad con las víctimas y agradecer el apoyo del presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, y el mensaje enviado por el papa Francisco.
"Recemos por las víctimas de la explosión en el hospital de Cuajimalpa, México, y por sus familiares, que el Señor les conceda paz y fortaleza", escribió el pontífice en su cuenta de Twitter.
En un comunicado, la empresa Gas Express Nieto expresó "su solidaridad con las víctimas" y aseguró que cumple con la normativa para trabajar y que "desde el primer momento" activó "los protocolos de atención establecidos".
Los tres operadores de la unidad que estalló fueron detenidos para revisar su responsabilidad en el incidente, aunque dos de ellos registran heridas de consideración.
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