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Ciudad del Vaticano
El papa Francisco decretó ayer que el arzobispo de San Salvador, Oscar Romero, fue asesinado por odio a la fe y aprobó una declaración de martirologio que allana el camino a la beatificación.
Francisco aprobó el decreto en una reunión con el titular de la oficina vaticana a cargo de las beatificaciones.
Romero fue muerto a tiros por escuadrones de la muerte ultraderechistas en 1980 cuando celebraba la misa. Había condenado la represión por el ejército salvadoreño al comienzo de la guerra civil de 1980-1982 entre el gobierno derechista y rebeldes de izquierda.
Romero es un héroe para muchos católicos latinoamericanos.