VATICANO, 03 Abr. 15 / 11:15 am (ACI/EWTN Noticias).- El predicador de la Casa Pontificia, P. Raniero Cantalamessa, reflexionó sobre la persecución que en la actualidad sufren miles de cristianos en todo el mundo, muchos de los cuales son asesinados a causa de su fe. El fraile capuchino habló ante el Papa Francisco del significado de Cristo como "Ecce Homo" y de todos los hombres que son imagen de este siervo sufriente en el mundo.
Así, revestido con una casulla de color rojo que representa a la sangre del martirio, el Santo Padre realizó el gesto de la postración frente al Altar de la Confesión de la basílica y oró durante varios minutos. Más tarde, fue ayudado a levantarse por dos ceremonieros pontificios, para dar inicio a la celebración que incluye la liturgia de la palabra y la adoración de la Cruz.
Este es el único día del año que no se oficia misa ni se realiza la consagración, que para los católicos es la conversión del pan y el vino en el cuerpo y sangre de Jesucristo.
El Papa escuchó recogido la primera lectura, el salmo responsorial y el Evangelio de la Pasión del evangelista San Juan, cantada por tres diáconos.
Después, el predicador de la Casa Pontificia, P. Raniero Cantalamessa, realizó la homilía como cada Viernes Santo. El fraile tuvo un recuerdo especial por los cristianos asesinados por los terroristas islamistas del autodenominado Estado Islámico (ISIS) y pidió oraciones por todos los perseguidos.
"Los verdaderos mártires de Cristo no mueren con los puños cerrados, sino con las manos unidas. Hemos visto tantos ejemplos. Es Dios quien a los 21 cristianos coptos asesinados por el ISIS en Libia el 22 de febrero pasado, les ha dado la fuerza de morir bajo los golpes, murmurando el nombre de Jesús". También recordó los 147 universitarios que fueron asesinados este miércoles en Kenia a manos de un grupo yihadista.
Pero, en esta cruda realidad existe el perdón de Dios, cuya "grandeza divina consiste en que es ofrecida también a sus más encarnizados enemigos", como el mismo Jesús hizo.
"Entonces, ¿seguir a Cristo es un volverse pasivo hacia la derrota y la muerte?", se preguntó. "¡Al contrario!, Tengan coraje" porque "Cristo ha vencido al mundo, venciendo el mal del mundo. La victoria definitiva del bien sobre el mal, que se manifestará al final de los tiempos, ya vino, de derecho y de hecho, sobre la cruz de Cristo".
Poco antes de concluir la homilía, el P. Rainiero Cantalamessa subrayó que "el verdadero Sermón de la montaña que ha cambiado el mundo no es entretanto el que Jesús pronunció un día en una colina de Galilea, sino aquel que proclama ahora, silenciosamente desde la cruz". Así, "en el Calvario Él pronuncia un definitivo '¡no!' a la violencia, oponiendo a ella no simplemente la no-violencia, sino aún más el perdón, la mansedumbre y el amor".
Finalizó pidiendo "por nuestros hermanos en la fe perseguidos, y por todos los "Ecce homo" que hay en este momento en la faz de la tierra, cristianos y no cristianos".