Haciendo gala de su voz impecable y acompañado de la Orquesta Filarmónica de José Antonio Molina, compuesta por más de 60 músicos, el tenor italiano Andrea Bocelli cumplió su promesa de ofrecer a los dominicanos un magnífico espectáculo en Altos de Chavón.

Ante un público de auténticos admiradores, que llenó el anfiteatro y que disfrutó de principio a fin, Bocelli presentó un espectáculo bien equilibrado, con invitados especiales y sorpresas que, junto a su privilegiada voz y presencia, permitieron que el discurrir mantuviera un ritmo que no decayó en ningún momento.

El espectáculo se inició a las 8:30 de la noche con piezas introductorias de la orquesta, dirigida por Carlos Bernini. Luego apareció Bocelli entre ovaciones, para interpretar la primera parte, dedicada a clásicos de la ópera, como "Carmen", "Romeo y Julieta", y "La Bohemia". En algunas se hizo acompañar de la soprano cubana María Aleida, quién cautivó al público con su prodigiosa voz.

Pero, sin duda, el espectáculo aceleró las emociones en la segunda parte, que fue cuando desfilaron los invitados dominicanos, el director de orquesta José Antonio Molina, Maridalia Hernández y, la gran sorpresa, el niño Michael Merlino, quien interpretó magistralmente junto al tenor la composición "Amapola".

Fue en esta parte cuando Bocelli interpretó, solo o junto a sus invitados, las canciones del repertorio con las que el público se sintió más familiarizado, algunas en español y otras en italiano, como los clásicos "Granada", "Aranjuez", "Bésame mucho" y "Quizás, Quizás".