CILACAP, Indonesia. -Indonesia ejecutó a ocho condenados por narcotráfico, entre los cuales un brasileño, informaron los medios de prensa locales.
Los condenados, además del brasileño, cuatro africanos, dos australianos y un indonesio, fueron fusilados poco después de la medianoche (17H00 GMT del martes) en la isla prisión de Nusakambangan, indicaron MetroTV y el diario Jakarta Post. Una filipina, también condenada, finalmente no fue ejecutada.
Los familiares de los condenados fueron a verlos por última vez el martes a la cárcel de la isla de Nusakambangan, "el Alcatraz indonesio".
"No lo volveré a ver. Se lo llevarán a medianoche y lo fusilarán", había indicado antes del anuncio a la prensa Raji Sukumaran, madre del australiano Myuran Sukumaran, de 34 años.
Los condenados recibieron la notificación de la ejecución a última hora del sábado, con un preaviso de al menos 72 horas.
El preso brasileño es Rodrigo Gularte, de 42 años, detenido en 2004 al tratar de entrar en el aeropuerto de Yakarta con seis kilos de cocaína escondidos en tablas de surf. Su familia ha presentando varios informes médicos para demostrar que sufre esquizofrenia y que, por tanto, no debería ser ejecutado.
Otro brasileño, Marco Archer, fue ejecutado en enero por narcotráfico, lo que provocó un rifirrafe diplomático entre Brasil e Indonesia.
También condenado a muerte por tráfico de drogas, el francés Serge Atlaoui, de 51 años, fue retirado este fin de semana de la lista de ejecuciones inminentes debido a un recurso judicial.
Pero el portavoz del fiscal general indonesio, Tony Spontana, reafirmó el martes a la AFP que en caso de que se rechace el recurso, Atlaoui será ejecutado solo y que las autoridades "no esperarán mucho".
El presidente indonesio, Joko Widodo, intransigente sobre la aplicación de la pena de muerte por tráfico de estupefacientes, hizo oídos sordos a los llamamientos de clemencia y a las presiones diplomáticas internacionales para evitar las ejecuciones.
Este martes, Australia, la Unión Europea y Francia efectuaron una petición conjunta a Indonesia y señalaron que una acción de este tipo tendría un impacto en su reputación internacional.
Dolor profundo
El condenado australiano Andrew Chan, de 31 años, se casó el lunes con su compañera indonesia durante una ceremonia con familiares y amigos en el complejo penitenciario, su último deseo.
La familia de la condenada filipina Mary Jane Veloso también fue a despedirse de esta mujer de 30 años, madre de dos niños, que asegura que viajó a Indonesia para trabajar como empleada doméstica pero que fue engañada por una red de narcotraficantes.
Un clérigo filipino dio la bendición a los allegados a Veloso antes de partir a la isla. "La familia estaba tan silenciosa. Es verdaderamente triste. Hay un dolor profundo", dijo a la AFP el religioso, Harold Toledano.
El presidente filipino Benigno Aquino pidió clemencia la víspera a su homólogo indonesio, y el campeón de boxeo filipino Manny Pacquiao, estrella en su país y muy popular en Indonesia, suplicó igualmente al presidente de Indonesia que no ejecute a Veloso.
Este último rechazó los llamamientos tras consultar con el fiscal general indonesio, quien fue categórico: "No cambiaremos de opinión".
La pena capital por narcotráfico también se aplica en otros países de Asia del Sudeste como Malasia, Vietnam, Tailandia y Singapur.