Las compañías de telefonía móvil estadounidenses Verizon y Sprint tendrán que pagar una multa total de 158 millones de dólares por cobrar a sus clientes pagos no autorizados de entre 0.99 y 14 dólares, informó ayer la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC).
Verizon Wireless, la mayor operadora del país, tendrá que pagar 90 millones de dólares y su rival Sprint Corporation, 68 millones de dólares por cobrar a sus clientes cargos por suscripciones a unos servicios “premium” de mensajes contratados con una tercera parte sin autorización, en una práctica conocida en EE.UU. como “cramming”.
La multa se enmarca dentro de un acuerdo al que llegaron las dos empresas con la FCC, una agencia independiente que se encarga de regular las telecomunicaciones interestatales e internacionales de televisión, radio, teléfonos, redes inalámbricas, satélite y cable. “Durante demasiado tiempo los consumidores han tenido que pagar en sus facturas telefónicas servicios que no habían contratado”, resaltó el presidente de la FCC, Tom Wheeler, en un comunicado.
Los pagos mensuales que tenían que hacer los clientes por el servicio de mensajes de calidad superior oscilaba entre los 0.99 y 14 dólares, pero solía ser de 9,99 dólares al mes, detalla la nota.
Verizon se quedaba con el 30% o más de estas tasas, mientras que Sprint recibía aproximadamente el 35% de los beneficios recolectados por estos servicios que prestaba una tercera parte.
Según la nota, Verizon y Sprint solían negarse a reembolsar los pagos a los clientes e, incluso cuando la FCC pidió a las operadoras pruebas de que los consumidores habían autorizado los pagos, las compañías no pudieron aportar evidencias de que se había pedido la autorización a los usuarios para los cobros.