Roma. Los restos de san Pío de Pietrelcina, conocido como Padre Pío, serán expuestos en la basílica de San Pedro del 8 al 14 de febrero próximo con motivo del Jubileo y por expreso deseo del papa Francisco, informó hoy Radio Vaticano. Así lo ha manifestado el presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, Rino Fisichella, en una carta enviada al arzobispo de Manfredonia, Vieste y San Giovanni Rotondo, Michele Castoro, y publicada por la radio de la Santa Sede.
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"El Santo Padre ha expresado su vivo deseo de que los restos de san Pío de Pietrelcina sean expuestos en la basílica de San Pedro el 10 de febrero, Miércoles de Ceniza, del próximo Año Santo Extraordinario", reza la misiva de Fisichella, organizador del Jubileo. Ese mismo día -recuerda el prelado- el papa enviará a todo el mundo los conocidos como "Misioneros de la Misericordia", sacerdotes que tendrán la potestad de predicar y perdonar pecados reservados a la Sede Apostólica. La presencia de los restos de san Pío será "un símbolo precioso para todos los misioneros y sacerdotes que hallarán la fuerza y el apoyo para su misión en su ejemplo de confesor incansable, acogedor y paciente, auténtico testigo de la Misericordia del Padre".
El Año Santo Extraordinario estará dedicado a la misericordia, tema central del ministerio de Francisco, comenzará el 8 de diciembre próximo y concluirá el 20 de noviembre de 2016. El Padre Pío, conocido como el "apóstol del confesionario" y cuyo nombre de pila fue Francesco Forgione, nació en la aldea de Pietrelcina (Benevento, sur de Italia) en 1887. A los 15 años comenzó a tener visiones e ingresó en los Frailes Menores Capuchinos, ordenándose sacerdote en 1910, a los 23 años.
Trasladado en 1916 al convento de San Giovanni Rotondo, fundó la Casa del Alivio del Sufrimiento para acoger a los más necesitados y a los 31 años comenzó a experimentar el fenómeno místico de los estigmas (llagas similares a las de Cristo clavado en la cruz). Falleció en septiembre de 1968 y el papa Juan Pablo II le proclamó beato en 1999 y santo en 2002. La urna con sus restos se halla en el santuario de San Giovanni Rotondo, uno de los puntos de peregrinaje más importantes del país.