SANTO DOMINGO. El escritor y Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa se ha convertido en el centro de un debate luego de que le fuera concedido el Premio Internacional Pedro Henríquez Ureña, galardón que se otorga en el marco de la Feria Internacional del Libro. Y el epicentro de este sismo está en las críticas expresadas por el intelectual peruano a la sentencia del Tribunal Constitucional –la 168 de septiembre de 2013- que redefinió el tema migratorio y de adquisición de la nacionalidad en República Dominicana.
A favor y en contra se han argumentado, y presentado acusaciones, que muestran lo difícil que es desligar las posiciones políticas de la obra de un escritor o escritora, así como las subjetividades que acompañan las posibilidades de reflexión lo político y literario. No es una cuestión nueva, un ejemplo recurrente es Jorge Luis Borges.
El “blanco” de las criticas han sido dirigidas a los miembros del jurado que decidió dar el premio a Vargas Llosa. Entre sus integrantes se encuentra el catedrático Ramón Victoriano Martínez, quien reside en Canadá, donde imparte clases de lengua española y literatura caribeña comparada en la Universidad de Toronto.