Vladimir Putin premió a los medallistas rusos de los Juegos Olímpicos de Río 2016 que consiguieron dejar a Rusia en cuarta posición con 56 preseas (19 oros, 18 platas y 19 bronces) con un BMW a cada uno de ellos, de color blanco y con el símbolo olímpico, más una cuantiosa cantidad de dinero en función del color de la medalla.
“A pesar de que experimentaron duras pruebas, mantuvieron una gran maestría, una gran capacidad de lucha y confirmaron el sólido lugar de Rusia en el mundo del deporte”, declaró Putin en la ceremonia oficial tras recibir a los atletas. El presidente entregó la Orden de Honor a los campeones olímpicos de gimnasia artística, lucha grecorromana, esgrima y natación sincronizada. Muchos de ellos repetían medalla de oro de Londres 2012, como por ejemplo la sincronizada, clara dominadora de la disciplina, o la lucha con Roman Vlasov a la cabeza.
“En vísperas de la competición, al equipo le excluyeron un tercio de sus miembros. Se les privó de participar en aquellas disciplinas en las que Rusia es tradicionalmente favorita. Con todo, no se rindieron, lucharon y ganaron”, continuó Putin, haciendo referencia a la ausencia de los atletas rusos implicados en la trama de dopaje.
Vitali Mutkó, el ministro de deportes, entregó la Orden del Mérito -de primera y segunda categoría- a los medallistas de bronce y plata, respectivamente. Acto seguido, el presidente brindó con champán con todos ellos.
Fuente: Flowdeportivo.com