La sociedad dominicana tiene que rediseñarse porque está desarticulada, hay mucha violencia y parecería que la justicia no funciona. De ese modo se expresó el sacerdote jesuita José Victoriano, en el contexto de dos males persistentes: la corrupción público-privada y la impunidad.
Al hacer la afirmación en el Almuerzo del Grupo de Comunicaciones Corripio, expresó que hay que trabajar duro para recomponer el tejido social de la República Dominicana y establecer cuál es el proyecto de nación que se quiere impulsar.
Victoriano, director de Radio Santa María, respondió en esos términos al pedírsele una valoración de la sociedad dominicana de hoy, tomando como punto de partida la aparente tolerancia a las prácticas corruptas y la violación a las leyes.
"La sociedad actual está desarticulada, hay mucha violencia y la justicia no funciona; es una sociedad que nadie quiere, ni es tampoco por la que trabaja la Compañía de Jesús.
"¿Qué le estamos proponiendo a los jóvenes, ponerle cada día 5,000 carros en la calle, aumentar el consumo combustible, el ataque al medioambiente; ese es el tipo de sociedad que estamos proponiendo?"
Sobre el mismo tema se refirió el sacerdote Pablo Mella, director del Instituto Bonó, quien afirmó que la corrupción es mala y destruye el tejido social.
En ese sentido, explicó que la Compañía de Jesús intenta con su accionar dejar una huella distinta, que sirva como ejemplo de prácticas transparentes y honestas.
"Aportamos en los trabajos que hacemos, porque los hacemos bien; y como ejemplo les pongo que si hay fondos para formar a los profesores a través del Inafocan, tiene que ser de calidad número uno.
"El segundo tipo de movimiento, que no nos ha salido tan bien, es el proyecto Justicia Fiscal, que no prendió tanto; el tema de la corrupción no ha prendido tanto".
Cuando se le preguntó por qué esa iniciativa no tuvo la resonancia suficiente, respondió que "de alguna manera todos estamos permeados por eso; hay una especie de corrupción en el ambiente, todo el mundo quiere que le de un cheque, que lo contraten, y uno se encuentra a la persona que uno menos se imagina, que le pagan una millonada por colocar dos twits al mes".
Otro proyecto que procura transparencia, desde el ámbito electoral, es Institucionalidad Democrática. Con este se intenta, a través de la sociedad civil, articular un adecentamiento del proceso electoral.
"Es importante que desde una entidad netamente social podamos articular movimientos ciudadanos en ese sentido. Para mí es importante la articulación de partidos políticos alternativos, pero ahí no nos podemos meter porque no podemos participar en política", expresó Mella.
Hombres de frontera. Los jesuitas son hombres de frontera, es decir, servidores de Dios a través de la defensa de los más vulnerables.
Para entender esa filosofía el padre Mella explica que el papa Benedicto XVI les pidió a los jesuitas que sean hombres de frontera, que estén presentes en situaciones sociales del mundo contemporáneo donde otros sectores de la Iglesia no pueden llegar.
"Hay tres tipos de frontera: la relación de la Iglesia con la cultura contemporánea, cualquier punto donde haya una conflictividad social de cierta envergadura, y donde haya un grito de dolor y de necesidad".
El sacerdote puso como ejemplo la defensa que su congregación asumió en favor de los hijos de descendientes haitianos que quedaron desnacionalizados con la sentencia 168-13 del Tribunal Constitucional, la cual establece los criterios para adquirir la nacionalidad dominicana.
"Uno de los puntos de frontera que ha sido más conflictivo, y muy manipulado por los medios de comunicación dominicanos, fue nuestro acompañamiento a los migrantes", afirmó Mella.
La repercusión nacional e internacional que tuvo la referida sentencia llevó al Gobierno a diseñar un Plan de Regularización de Extranjeros a los fines de transparentar, principalmente, el estatus migratorio de los haitianos residentes en el país.
Los migrantes haitianos son el mayor segmento de extranjeros residentes en la República Dominicana.
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