VATICANO, Ene. 17 / 06:26 am (ACI).- En la homilía de la Misa que celebró esta mañana en la capilla de la Casa Santa Marta, el Papa Francisco llamó a los cristianos a llevar "una vida valiente" en contraposición de los cristianos perezosos que están "estacionados" en la Iglesia.
El Santo Padre pidió evitar ser "cristianos perezosos, cristianos sin voluntad de andar adelante, cristianos que no luchan por cambiar las cosas, por hacer cosas nuevas, cosas que nos harían bien a todos, cristianos 'estacionados' que encuentran en la Iglesia un buen parking" (estacionamiento/parqueadero).
Francisco aclaró: "cuando digo cristianos, me refiero a los laicos, a los sacerdotes, a los obispos, a todos". Para esos cristianos perezosos, "la Iglesia es un parking que custodia la vida y siguen adelante con todas las garantías posibles", sin preocuparse. "Esos cristianos cerrados me hacen pensar en una cosa que de niños nos decían a los abuelos: 'Procura que el agua no se estanque, la que no corre es la primera en corromperse'".
El Pontífice resaltó que "este es el mensaje de hoy: tengan esperanza, esa esperanza que no decepciona, que va más allá. Una esperanza que sea un ancla firme para nuestra vida. La esperanza es el ancla: la tiramos y nos aferramos a la cuerda. Esa es nuestra esperanza. La esperanza no es pensar que, 'sí, existe el cielo, qué bueno, ya me quedo'. No, la esperanza es luchar, aferrarse a la cuerda para llegar a nuestro destino. En la lucha de cada día, la esperanza es una virtud de horizontes, ¡no de encerrarse!".
El Pontífice reconoció que la esperanza "quizás sea la virtud que menos se entiende, pero es la más fuerte. La esperanza: vivir en esperanza, vivir de esperanza, siempre mirando adelante con valentía. Alguno podrá decirme: 'Sí, Padre, pero hay momentos duros, donde todo parece oscuro. ¿Qué debo hacer en esos momentos?'. '¡Agárrate a la cuerda y amárrate!'".
"Debemos hacernos esta pregunta: ¿Cómo soy yo? ¿Cómo es mi vida de fe? ¿Es una vida de horizontes, de esperanza, de valentía, de ir adelante, o es una vida tibia que ni siquiera es capaz de soportar los malos tiempos?".
Francisco finalizó con una petición: "que el Señor nos dé la Gracia para superar nuestro egoísmo, porque los cristianos cerrados, los cristianos 'estacionados' son egoístas. Se miran solo a sí mismos, no saben levantar la cabeza para mirarlo a Él. Que el Señor nos dé esta Gracia".