Santo Domingo.- Datos ofrecidos por el Instituto Nacional de Patología Forense, en septiembre de 2016, arrojaron que 1,318 personas fallecieron entre 2012 y 2014 debido a enfermedades cardiovasculares, entre ellas los infartos; cifra que representa el 37% de las 5,379 autopsias realizadas por esa institución de 2013 a 2015.
A pesar de que el promedio de edad de esas defunciones fue entre los 45 y 75 años, lo cierto es que la edad de incidencia de los infartos se ha reducido y ahora se presentan en personas menores de 40.
Para la cardióloga Claudia Almonte, esto se debe a la presencia de factores de riesgo como hipertensión, colesterol elevado, tabaquismo, sedentarismo, diabetes, obesidad e ingesta excesiva de sal y azúcar en jóvenes.
Prevención
Hacer ejercicios, tener una dieta balanceada en la que no se abuse de la sal, la grasa y la azúcar son hábitos que recomienda la doctora Almonte.
Además de esto, aconseja hacerse anualmente el chequeo cardiovascular, no fumar y conocer el historia medico de los familiares.
Según explica Almonte, “el hombre debe hacerse una evaluación cardiovascular después de los 40 años y la mujer alrededor de la menopausia, que llega a los 50. Esta evaluación debe hacerse anualmente”.
Sin embargo, esta pauta no aplica para todos los casos.
“Si antes de esa edad tú tienes antecedentes genéticos y factores de riesgo como ser fumador, diabético, hipertenso o tienes historia familiar de muerte súbita o infarto, debes evaluarte antes de esa edad”, advierte la doctora.
Señales de alerta
Aunque generalmente se habla de los síntomas previos de un infarto, la doctora destaca que el típico cuadro de dolor de pecho, sensación de sudoración fría, palidez marcada, de dolor en la boca del estómago, molestia en la mandíbula, en la espalda y en el brazo izquierdo no son la regla. Esto debido a que, según explica, no todos percibirán esas alertas.
“Existe una población, diabéticos, viejos, pacientes psiquiátricos y mujeres que no necesariamente van a percibir esos síntomas”, aclara Almonte.
Sobre el caso específico de la mujer, explica que los síntomas no se manifiestan en ellas al igual que en los hombres, lo que puede hacer que se les dé un diagnóstico equivocado.
“A veces van a la emergencia de forma tardía y no se les presta la debida atención porque la sintomatología especifica no es una sensación de dolor en el pecho sino una incomodidad que ellas no saben explicar y si no se les hace una correcta evaluación para descartar que está teniendo incluso pueden incluso despacharla”, indica Almonte.