Washington.- Donald Trump, presidente de Estados Unidos recibe este viernes a la canciller alemana, Angela Merkel, para recalcar la fortaleza de la relación entre los dos aliados y limar asperezas.
Europa seguirá con atención la reunión y la rueda de prensa posterior para ver hasta dónde -y con qué tono- se desmarcará la canciller del nuevo inquilino de la Casa Blanca.
"La respeto, me gusta, pero no la conozco", dijo Trump de la alemana a mediados de enero.
Ha llegado la hora de conocerse para estos dos líderes con recorridos, estilos y políticas radicalmente diferentes.
Al acercarse esta cita, la administración estadounidense destacó la fortaleza de la relación con Alemania y la intención de Trump de aprovechar la experiencia de la canciller, en particular con lo ocurrido en Ucrania y en la forma de abordar al presidente ruso, Vladimir Putin.
Un alto funcionario de la Casa Blanca anticipó un "encuentro cordial y muy positivo". La canciller viaja con "la mente abierta", dijo por su parte un responsable gubernamental alemán. "Siempre es mejor hablar juntos que hablar uno de otro".
Las declaraciones atronadoras, y a veces contradictorias, del multimillonario Trump en las escasas semanas que lleva en el cargo confieren un interés particular a este primer cara a cara con Merkel.
Trump atacó con dureza a Europa, hablando del "maravilloso" Brexit o prediciendo que otros países abandonarán la UE. Tampoco fue amable con Alemania, criticándola por su papel demasiado dominante y su "catastrófica" política de acogida de los refugiados.
"Alemania mira hoy a Estados Unidos con una mezcla de perplejidad y preocupación", resume Jeffrey Rathke, del Center for Strategic and International Studies (CSIS).
El experto cita, en particular, los temores ligados "a las afinidades del presidente y de algunos miembros de su círculo más cercano con los movimientos nacionalistas y populistas en Europa".