Michael Pineda subió al montículo ayer contra los Rays de Tampa Bay pensando una sola cosa: tenía que mejorar.
En su primera salida de la temporada fue castigado por los mismos Rays, que le fabricaron cuatro carreras en apenas 3.2 entradas de trabajo.
Él sabía que tenía que mejorar. Él sabe que tiene que tener mejores resultados en un 2017 que será su última temporada antes de poder optar por la agencia libre.
Y contra esos mismos Rays que lo castigaron, Pineda coqueteó con la perfección… y ganó, lanzó siete entradas y dos tercios y solo toleró dos indiscutibles y una carrera para registrar su primera victoria de la temporada 8-1 sobre los Rays.
Pero el dominicano retiró los primeros veinte peloteros que enfrentó antes de que Evan Longoria le rompiera su juego perfecto con un doble.
Veintiún veces en la historia moderna se han lanzado juegos perfectos en las Grandes Ligas. Solo dos latinos, Dennis Martínez y Félix Hernández, han logrado la proeza, y Pineda estuvo cerca, muy cerca. En la que ya es considerada como su mejor apertura desde que viste el uniforme de los Yanquis, el gigante de 6 pies y 7 pulgadas de estatura lució enorme.
Abanicó 11 y no dio boletos para imponer su dominio como pocas veces antes se había visto.
En su trabajo del lunes, 67 de sus 93 lanzamientos fueron strikes.
Desde antes de comenzar la campaña se hablaba de que este era el año de vida o muerte para Pineda y su carrera que ya tiene cinco años de servicio en las mayores.
Si este quisqueyano logra registrar unas cuantas salidas más como la de ayer, sin duda alguna que podría entrar en la élite del pitcheo dominicano.
La próxima presentación del nativo de Yaguate es el sábado, en casa, contra los Cardenales de San Luis en un partido programado para la 1:05 de la tarde.