VATICANO, 08 May. 17 / 05:57 am (ACI).- El Papa Francisco quiso dejar claro en su homilía en Santa Marta que el que mueve la Iglesia es el Espíritu Santo e invitó a pedir discernimiento para saber las cosas que vienen de Dios y las que vienen del demonio.
"El Espíritu es el don de Dios, de este Dios, Padre nuestro, que siempre nos sorprende. El Dios de las sorpresas", afirmó. "Es un Dios vivo, un Dios que vive en nosotros, que mueve nuestro corazón, un Dios que está en la Iglesia y camina con nosotros y en este camino nos sorprende siempre".
El Pontífice explicó que "ha tenido la creatividad de crear el mundo, de crear cosas nuevas todos los días. El Dios que nos sorprende".
Comentando las lecturas de la liturgia del día, recordó cómo los discípulos se enfadaron porque supieron que "también los paganos habían acogido la palabra de Dios".
"Siempre, desde tiempo de los profetas hasta hoy, existe el pecado de resistir al Espíritu Santo: la resistencia al Espíritu", dijo el Papa para recordar después el salmo que dice: "no endurezcáis vuestro corazón como vuestros padres".
"Lo que el Señor quiere es que haya otros pueblos, que no pertenecen, pero que sean un solo rebaño y un solo pastor". Y cuando los paganos se convertían al cristianismo, "eran considerados creyentes de segunda clase".
"El cerrarse, la resistencia al Espíritu Santo, esa frase que cierra siempre, que te detiene: 'Siempre ha sido así'. Y esto mata. Esto mata la libertad, mata la alegría, mata la fidelidad al Espíritu Santo que siempre actúa adelante, llevando adelante la Iglesia".
"¿Pero cómo puedo saber si una cosa es del Espíritu Santo o del mundo, del espíritu del mundo o del espíritu del diablo?", se preguntó. "Pedir la gracia del discernimiento. El instrumento que el mismo Espíritu nos da es el discernimiento. Discernir, en cada caso, come se debe hacer. Y eso que han hecho los apóstoles: si están reunidos, han hablado y han visto que ese era el camino del Espíritu Santo. Pero aquellos que no tenían este don o no habían orado para pedirlo, se han quedado fuera y parados".
El Papa aseguró que los cristianos deben "saber discernir, discernir una cosa de la otra, discernir cuál es la novedad, el vino nuevo que viene de Dios, cuál es la novedad que viene del espíritu del mundo y cuál es la novedad que viene del diablo".
"La fe no cambia nunca. La fe es la misma, pero está en movimiento, crece", aseguró.
Francisco afirmó también que "las verdades de la Iglesia van adelante, se consolidan con los años, se desarrollan con el tiempo, se profundizan en ellas con la edad, para que sean más fuertes con el tiempo, con los años".