SANTO DOMINGO. Once niños con diversas patologías murieron el fin de semana en el hospital Infantil Robert Reid Cabral, donde el sistema central de oxígeno sufrió una avería y los dos ascensores estaban dañados, lo que retrasó la instalación de tanques con el gas.
No obstante, la directora del centro de salud, Rosa Nieves Paulino, asegura que en ningún momento faltó oxígeno a los menores, porque los médicos de turno utilizaron respiradores manuales.
Asegura que la situación de salud de los infantes era grave y que la referencia e internamiento se intensificó en los últimos tres días.
Los niños estaban ingresados en las áreas de cuidados intensivo y de pediatría, y de ellos siete tenían diagnóstico de sepsis (infecciones) graves y otras complicaciones. Uno era cardiópata.
Dos de los bebés fueron reportados muertos el pasado viernes; cuatro murieron el sábado y cinco el domingo.
En el grupo había tres recién nacidos, cinco menores de un año y resto eran mayores de un año. La situación llamó la atención de médicos del centro asistencial, quienes sostienen que las defunciones más altas a que han llegado es a siete, y en momentos de crisis.
"¡Once, Dios mío y qué fue lo que pasó!", fue la reacción de algunos al enterarse de lo que definen como una alta mortalidad.
Los pacientes procedían de San Cristóbal, Samaná, Peravia, San Pedro de Macorís, Azua, Elías Piña y el Gran Santo Domingo.
En horas de la tarde de ayer el ministro de Salud, Freddy Hidalgo Núñez, asistió al centro a verificar la situación de la mortalidad en el hospital.
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