SANTO DOMINGO. Salir a caminar es uno de los placeres más sencillos, más saludables y menos egoístas que existen. Caminar en compañía garantiza momentos de conversación; caminar solo garantiza que por lo menos los niveles de estrés bajarán mientras se dedica a contemplar los alrededores, pensar en la inmortalidad del cangrejo o escuchar música.
Al margen de lo que decida hacer mientras camina, no es solo un placer en sí mismo, es una manera eficaz de mantener a raya el azúcar sanguíneo, controlar el peso y mejorar la salud en general.
No es ningún secreto que caminar habitualmente es bueno para nuestra salud en general, en especial en personas que han sido diagnosticadas con diabetes, hipertensión o simplemente deseen perder algunas libras.
Como cualquier forma de ejercicio, una caminata larga obliga a las células de los músculos a quemar las reservas de glucosa, lo que ayuda a disminuir las concentraciones de azúcar en sangre. En un estudio que involucró más de 300 mil personas, hombres y mujeres, se descubrió que los caminantes asiduos reducían en 30% su riesgo de padecer diabetes tipo 2.
Caminar tiene otros beneficios vitales: quema calorías, disminuye el estrés, sube los niveles de energía, reduce la presión arterial y las concentraciones del colesterol LDL (el malo), mientras sube las del bueno (HDL). Hacer una rutina de caminar al menos 30 minutos 5 días a la semana, le hará ver importantes cambios en sus próximos análisis de sangre, la talla de su cintura y su bienestar general.
10 puntos para rutina de caminatas:
Haga un recorrido agradable: camine en un área bonita de su ciudad, aunque signifique tener que manejar hasta el sitio. Que sea un lugar aireado, seguro e iluminado (si camina en la noche), son requisitos importantes.
Comparta con su familia: si acostumbra a sus hijos a caminar con usted estará poniendo en práctica un excelente ejemplo de vida y un buen hábito para su salud futura.
Elija una obra de caridad: inscríbase en una caminata que tenga una noble causa o ayude con sus pasos a mejorar la salud o el acceso a una educación digna a otros con menos posibilidades. Su buen hábito puede mejorar la vida de otros, ¿no es maravilloso?
Explore el mundo: de vez en cuando, cambie la ruta. Conozca nuevos espacios de la ciudad y nuevos grupos de caminantes. En el fin de semana busque rutas alternas que incluyan caminos no asfaltados o con pendientes, de esa forma establecerá nuevos retos físicos que superar.
Suba el volumen: aunque no lo crea, la música distrae su mente del ejercicio, por lo que caminará más tiempo sin ser consciente del esfuerzo que hace.
Encuentre pareja: para caminar! es más probable que salga de la cama cuando el sol se resiste a salir si alguien lo esta llamando por el celular hasta descargarlo.
Busque un perro: una vez que "ellos" se acostumbran a caminar, se encargan de "pasearte" todos los días. Si no tiene, pídalo prestado al vecino. Algunas paradas de servicio serán mandatorias.
Camine por diversión una vez a la semana: no todo es ejercicio, ni todo tiene que tener una razón. Un día a la semana, camine solo por el placer de hacerlo!
Haga algunas diligencias a pie: si el súper le queda a un par de cuadras y solo va a comprar un par de cosas, hágalo a pie. ¿Una buena idea? Dejar el carro parqueado a una distancia prudente del lugar donde va a quedarse le obliga a caminar de ida y regreso. Es ejercicio al fin y al cabo.
Manténgase hidratado: antes, durante y después de su caminata, reponga fluidos. Más, con estas altísimas temperaturas que no respetan horas. No se sobreexponga al sol y lleve ropa que respire y le permita respirar. Los guineos están disponibles y baratos todo el año y son maravillosos para reponer fuerzas.
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