Con la pérdida de las libras, el cantautor cubano Francisco Céspedes también ha cambiado su actitud ante la vida, aunque asegura no arrepentirse de nada de lo que haya dicho o hecho en el pasado.
"He evolucionado, no soy político. Hay que ponerse en el lugar de las personas. Antes era irreverente e irrespetuoso, ahora pienso que el mundo es experiencia, no conveniencia", expresó el artista que desde hace 24 años vive en México.
El intérprete de "Esta vida loca" y "Señora", piensa que en el mundo no sucede lo que uno quiere y no por eso va a coger por el cuello a ningún mandatario.
"Ahora mi política es amar a mis hijos, mi trabajo y a mis amigos", indicó el cantante, músico y compositor que esta noche canta en Hard Rock Café de Santo Domingo, donde tendrá como telonera a la cantautora dominicana Cristal Marie.
Antes de hacer su vida en México, Pancho vivió cinco años en Miami. "Un día le dije a mis hijos que si querían tener un padre alegre o triste, me respondieron que alegre y salí de allá. Con el perdón y el respeto de la gente a la que le gusta vivir en Estados Unidos, pero no puedo vivir en un lugar donde todo es muy plano. Me hace falta que la gente se comunique. Es un lugar donde hay una soledad muy grande. Conozco casi toda la unión americana".
El artista precisó que los astros lo ubicaron en Cancún hace 24 años. "Me encanta la playa donde vivo".
En cuanto a la evolución de la música desde "Esta vida loca" en 1997, su primera pegada, Francisco Céspedes respondió que las cosas han cambiado. "La música ahora es más mediática, las cosas se suceden rápido, las disqueras ya no tienen el poder, aunque tratan de ejercerlo".
"Ahora hay que hacer mejores canciones. Tengo la suerte de hacer conciertos que se llenan, hay que estar en la radio, aunque hay muchas emisoras que no me tocan porque hay que pagarles, y el dinero mío es para mis hijos. "Sencillamente no me sale pagar payola".
Ha vuelto a cantar a Cuba. La misma cantidad de años que tiene residiendo en México hacía que no cantaba en Cuba, donde actuó el 27 de septiembre pasado.
"Me tocó abrir un festival que organizó el músico Leo Bravo y vuelvo en diciembre para tres conciertos en el Teatro Nacional de La Habana". "Aunque nunca he dejado de visitar Cuba, tenía algo así como media censura para cantar, como si yo fuera a explotar una bomba; pero mejor, porque si no hubiera sido por eso no hubiera experimentado la sensación intensa, grande, maravillosa del gran público que me aplaude hoy día en muchos países, incluyendo a muchas personas jóvenes.
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