REDACCIÓN EFE. Internet, teléfonos móviles, tabletas, wifi, aplicaciones para todo lo que uno puede imaginar y más, son algunas de las nuevas herramientas tecnológicas que forman parte del día a día, por ello tampoco es de extrañar que, cada una a su manera, haya buscado la manera de hacerse útil en el momento en el que se abandona este mundo.
Para aquellos que no tienen reparos en ser precavidos y quieren dejar todo listo ante el inevitable desenlace, ya existen aplicaciones de móvil que permiten establecer al usuario cuáles son sus deseos precisos para la ceremonia, qué quiere y lo que no.
Así, iFuneral señala en su presentación que, "tristemente, la mayoría de las personas mueren sin que su familia y amigos tengan idea de cuáles eran sus deseos", por ello, el usuario puede con esta aplicación almacenar toda clase de información, desde el tipo de entierro, ataúd, música a escuchar o el estilo de ropa que el finado quiere vestir, así como la que desea para sus deudos.
El gran mercado de las aplicaciones, ya sean de pago o gratuitas, también permiten ponerse al día de los fallecimientos que ocurren en la propioa ciudad de residencia o en la de nacimiento, por ejemplo, de manera que el teléfono móvil sirve para consultar las listas de decesos o para recibir un mensaje con las notificaciones de fallecimiento y detalles como el lugar, fecha y celebración del funeral.
Para mantener el recuerdo
Los códigos QR o Bidi, que sirven para almacenar información en cualquier formato pueden verse cada vez más, desde anuncios impresos o libros a tarjetas de embarque para aviones que se almacenan directamente en el teléfono móvil. Esta tecnología también ha encontrado su utilidad en el sector funerario y desde hace dos años la emplea la empresa Memorial Spain.
Uno de sus responsables, Francisco Soban, explicó que ellos se ocupan de todo el proceso. Es decir, recopilan información sobre el fallecido y montan las imágenes para hacer pequeños videos, además de texto y música, que se almacenan en una página de su servidor.
El acceso a la información se hace a través de un código QR impreso en un soporte cerámico inalterable a los agentes atmosféricos, con una garantía de 50 años, y se envía por correo a la familia para colocarlo en la lápida.
Este código permite "a las familias mantener vivo el recuerdo de sus seres queridos", asegura la página web de Memorial Spain, en la que se explica que para acceder a los contenidos basta con un teléfono inteligente o una tableta en el que se haya instalado el programa gratuito que permite leer estos códigos.
Hasta el momento, reconoce Soban, la aceptación no es mayoritaria, pero la empresa ha realizado ya códigos "tanto en España como en países de Sudamérica y Estados Unidos".
A lo largo de la vida son muchos los recuerdos que se almacenan, vídeos, imágenes, libros, música, cartas escritas o recibidas que cuentan quiénes somos. Compañías como Legadrive ofrecen la posibilidad de almacenar toda esa información de manera encriptada en la nube para que tenerla siempre disponible o para que las personas elegidas puedan acceder también a ella en el momento en que decidamos.
Sin distancias
En un mundo cada vez más interconectado gracias a internet las distancias desaparecen y este es el objetivo de las empresas que ofrecen la transmisión en la red de funerales, ya sea en directo o con la posibilidad de verlo durante un tiempo limitado tras su celebración, haciendo así accesible la ceremonia a aquellos parientes y amigos que se encuentran lejos o que no pueden desplazarse.
Empresas estadounidenses ya ofrecen esta posibilidad a sus clientes, para lo que es necesario instalar una discreta cámara y un micrófono en el lugar de la ceremonia, todo ello conectado a un ordenador que se encarga de la transmisión por internet.
El acceso al funeral "on line" se realiza a través de una web en la que se debe introducir un nombre de usuario y clave, que reciben por correo electrónico aquellas personas seleccionadas por los deudos para seguir el servicio en directo, aunque también se puede grabar en DVD para hacerlo llegar a aquellos a los seres queridos del fallecido que no hayan podido asistir al servicio funerario.
La tecnología también puede acompañar a las personas más allá de la vida. Para ello la empresa sueca Pause ha creado un ataúd que permite escuchar música para toda la eternidad. El sofisticado sistema ideado por Fredrik Hjelmquist, conecta el féretro, equipado con altavoces y "subwoofers" a un servidor musical gracias a la tecnología 4G que puede manejarse a través de internet, de manera que el comprador puede dejar preparada su propia lista musical, pero también dar la posibilidad a sus seres queridos de ir actualizando el contenido para que el melómano finado no se pierda ninguna novedad musical. Un ataúd fuera de lo habitual, tanto como su precio, que comienza en US$29,700.