"Yo quiero ser presidente en 2050. (Y mi partido será) Peronismo para la Victoria, una mezcla entre el peronismo y el Frente para la Victoria", decía con una mezcla de seguridad y pasión un niño de 11 años que participó en el reciente homenaje al expresidente de Argentina Néstor Kirchner.
Este era el final de una entrevista en la que Casey Wander expresó con sorprendente elocuencia sus razones por las que apoya el kirchnerismo.
Tras un breve silencio, los comentarios empezaron a brotar en las redes sociales, principalmente a través de YouTube, donde la entrevista fue publicada en varios canales.
"No puedo creerlo, a los padres de la criatura: devuélvanle la infancia", escribió Carolina Cara en YouTube.
El chico no hablaba de fútbol, videojuegos o música; hablaba de política en un país polarizado.
Tal y como contó a la televisión pública argentina, en 2010, a sus siete años, empezó a mostrar interés por el tema.
"Pero fue a los ocho que empecé a centralizarme en el tema", dice.
La fecha no es coincidencia, en el 2011 se celebraban elecciones presidenciales.
"Empezó a gustarme los discursos y a importarme mucho estos temas", le aseguraba Wander a un periodista de la televisión pública argentina.
Sus palabras causaron tanto impacto que se abrieron varias páginas de Facebook de "Casey Presidente".
Incluso la presidenta Cristina Fernández manifestó su deseo de conocer en persona al chico.
Enigmas
Comentario en Facebook de Nydia Lirola
Pero, ¿quién es? ¿Por qué ese apellido extranjero?
Su madre, Nydia Lirola, rompió el silencio: "El papá de mis hij@s es inglés", dijo desde su sitio en Facebook.
La respuesta sació la curiosidad, aunque no del todo.
¿Por qué le apasiona tanto la política? Era la siguiente incógnita.
Jorge Lanata, prominente periodista crítico con el gobierno, decidió entrar en el debate. "Es un ejemplo de años de propaganda y lavado de cerebro en la cabeza de la gente, incluidos los más chicos".
"Casey, andá a Disney, querido. Tenés 11 años, jugá la PlayStation", agregó Lanata.
Comentario del sitio Perfil.com
Esto no hizo más que avivar la discusión. ¿Tiene derecho a opinar de política un niño?
"No me gustó la forma que comentó el tema Lanata. Pero es indudable que el chico no entiende de política. Claro si es un superdotado tal vez entienda, o los padres y la familia le llenaron la cabeza", expresó Rogelio Julio en el sitio Perfil.com
Mientras que, desde YouTube, Tomas Blazevich respondía: "¡Es un nene de 11 años! No está mal que repita lo que digan los padres, es algo normal y lógico, todos lo hicimos".
Militancia joven
Comentario de Twitter
El debate se extendió a tal punto que el Instituto Nacional contra la Discriminación y el Racismo, Inadi, decidió actuar.
Tras reunirse con los padres de Casey concluyeron que "prejuzgar que un niño de 11 años no puede tener ideas políticas y expresarlas libremente estigmatiza a niños, niñas y adolescentes, identificándolos como personas incapaces de pensar por si mismos".
Y este jueves Lirola respondió al periodista opositor diciendo que el pais "está lleno de chiquitos como Casey. Hay un montón de chicos en el país que tienen determinadas ideas sobre la política".
"La historia de Casey Wander se enmarca en el contexto de crecimiento de la militancia política entre los más jóvenes, en general, y en el seno del kirchnerismo en particular", explica el corresponsal de BBC Mundo en Buenos Aires, Ignacio de los Reyes.
Cuenta de Jorge Lanata
El periodista crítico con el gobierno causó polémica por decirle a Casey Wander que mejor fuera a Disney.
Los jóvenes han sido tradicionalmente una de las principales bases de apoyo de la presidenta, que suele citarlos en sus discursos.
La Cámpora, la organización juvenil kirchnerista, es una de las agrupaciones políticas más activas del país y algunos de sus integrantes ocupan incluso puestos de gobierno.
"Pero el crecimiento del activismo político entre los jóvenes se nota también en otros partidos, como el opositor de centro-derecha PRO", agrega De los Reyes.
El corresponsal también recuerda que las elecciones legislativas del año pasado fueron las primeras en la historia del país en las que se reconoció el derecho a voto a partir de los 16 años, quizás uno de los ejemplos más prácticos de la reivindicación de la participación política de los jóvenes en Argentina de los últimos años.