SANTO DOMINGO, República Dominicana.- "¡Eto' no e' Nueva-Yol, aquí lo picamo!".
La frase hacía referencia al mal momento que recientemente pasó el ex presidente Leonel Fernández en la ciudad de Nueva York, cuando un grupo de dominicanos y dominicanas le vociferó ladrón de manera reiterada. El tono era de odio y venganza.
La expresión vendría a resumir el encono conque una turba leonelista agredió a periodistas y ciudadanos al mediodía de este miércioles, 5 de noviembre.
Ni bien eran las 11 de la mañana y ya la bachata estaba en su buena. En el ambiente se respira un aire de proselitismo político y de dádivas acompañadas de una botella de ron y unas cuantas papeletas.
La chica entrada en carnes y de tez clara agarra la bandera morada como un náufrago a una cuerda, amparada del ardiente sol tropical bajo una cachucha púrpura. La música cadenciosa vuela de la disco light y ahoga el ruido de las bocinas de los vehículos que intentan atravesar la avenida Tiradentes.
En la esquina de las calle Padre Fantino Falco y Tiradentes, casi frente a la plaza Silver Sun Gallery, los seguidores del "líder", hacen guardia ondulando banderas y meneando las cinturas al ritmo de la bachata, refrescando el gañote con agua de coco, repartida diligentemente por un coquero que hace su agosto con los compañeritos de las bases leonelistas.
"¡Y ruge, ruge... el león!", grita un joven vestido con camiseta negra y gorra grisácea y ajada, llevándose las manos hasta las mejillas para competir con su consigna coreada a viva voz en contra del bachatón.
El ex presidente Leonel Fernández, ofrecería una charla-entrevista privada con un grupo de empresarios en el hotel Embassy Suites by Hilton de Silver Sun Gallery. Al lugar se presentaron seguidores del ex mandatario, movilizados según investigaciones, por el aspirante a la alcaldía de Santo Domingo Oeste, Miguel Espinal.
Una yipeta de negro intenso, impecable, llega hasta la entrada del hotel Embassy Suites by Hilton, sorteando los barrotes humanos que se mantienen de pie, esperando ser honrados con la presencia del mesías morado y fulminar el hambre del día con un rayo de 500. Para ellos no es el lujoso y exclusivo local en donde empresarios recibirán al tres veces ex presidente. Sólo los que pagaron miles de dólares podrán tener un cara a cara, mano a mano y beso por beso con quien sus seguidores más entusiastas definen como el seguro presidente dominicano a partir del 2016.
En fila, llegan más de los convocados a apoyar al líder, vestidos de pantalones gastados a medio talle y camisetas que hace tiempo perdieron sus colores originales para convertirse un lienzo de abigarrado desteñimiento. Se unen a otro grupo, dirigido por un personaje enfundado en un chaleco negro de franjas blancas en los brazos.
En la Gustavo Mejía Ricart, otra disco light machaca en la mente hambrienta de los presentes un mensaje que asegura la victoria: "¡los vientos soplan a favor del león!".
fuente acento.com