Si sientes que estás por resfriarte, es probable que algún amigo te sugiera que tomes equinácea.
Hay quienes aseguran que aleja el catarro cuando sienten las primeras molestias de una garganta irritada.
Otras personas la toman tras caer enfermos con la esperanza de lograr una recuperación más rápida.
Desde hace tiempo los indígenas norteamericanos han apreciado el valor de la planta por sus propiedades médicas, pero en el siglo XX su uso se difundió por muchos países tras popularizarse en Alemania.
Hoy en día, en las tiendas de productos naturales se pueden ver decenas de distintas clases de preparaciones de equinácea.
Sin embargo, persisten dudas sobre sus beneficios. Cada tanto, se publica un estudio que afirma o niega que efectivamente reduce el riesgo de contraer un resfriado.
Variedad confusa
Parte de ese panorama difuso se debe a que hay diferentes tipos de plantas de equinácea y distintos métodos de preparación.
Algunas personas toman la equinácea para recuperarse más rápidamente de los resfriados.
De las nueve distintas especies de equinácea –todas de la familia de la margarita– hay tres que son usadas muchas veces médicamente: la purpúrea, la pálida y la angustifolia, que es un poco más corta.
Para complicar aún más las cosas algunas preparaciones usan la raíz, otras la flor, las hojas o la planta completa.
Además, también se le exprime su jugo, se convierte en tintura seca y se usa en tabletas.
Ni siquiera hay consenso sobre cuáles son exactamente los ingredientes en la equinácea que podrían prevenir o ayudar en la recuperación de un resfriado, o si la clave está en la combinación de los ingredientes.
La planta tiene cuatro tipos de compuestos que pueden reforzar el sistema inmunológico: alquilamidas, glicoproteínas, polisacáridos y derivados del ácido cafeico.
Sin embargo, no todas estas substancias se encuentran en cada especie de equinácea, ni en todas las partes de la planta.
Por otra parte, los distintos estudios de investigación usan diferentes preparaciones lo cual dificulta su comparación.
Señal positiva
Después de años de resultados variados, en 2007 un grupo de científicos de la Universidad de Connecticut, EE.UU., condujo un metanálisis, combinando y reanalizando los datos de 1.600 participantes en ensayos previos.
Los resultados parecían brindar buenas noticias para quienes creen en las bondades de la equinácea, pues indicaron que los suplementos podrían reducir a la mitad las probabilidades de contraer un resfriado.
El problema es que los estudios originales no solamente incluyeron distintas especies de equinácea, sino diferentes partes de la planta extraídas de varias formas.
Por lo tanto, se podría argumentar que sería como agrupar los resultados que miden tratamientos diferentes.
Revisión completa
A comienzos del año la Cochrane Collaboration, una ONG internacional dedicada a temas de salud pública, hizo la revisión más completa hasta la fecha, incluyendo sólo lo que consideraron como las mejores investigaciones.
Ni siquiera hay consenso sobre cuáles son exactamente los ingredientes en la equinácea que podrían prevenir o ayudar en la recuperación de un resfriado, o si la clave está en la combinación de los ingredientes.
El grupo buscó estudios aleatorios controlados en lo que se les dio a los participantes equinácea o un placebo, sin que las personas que tomaron las preparaciones ni quienes las administraron supieran qué contenían.
De los 82 ensayos que evaluaron se quedaron con 24, en su mayoría hechos en EE.UU. y Alemania, que cumplieron con sus criterios.
En algunos, las personas tomaron equinácea y luego se les expuso deliberadamente al virus del resfriado para ver si se infectaban.
En otros, las personas tenían a la mano equinácea y recibieron instrucciones de tomarla en el momento que sintieran una picazón en la garganta o comenzaran a estornudar.
Sus resultados fueron algo decepcionantes para quienes esperan evitar resfriarse.
En el análisis de esos ensayos ninguno mostró, por sí solo, que la equinácea evitara los catarros.
Sin embargo, en una nota más positiva, cuando se agruparon los resultados de los mejores estudios hechos con una mayor cantidad de personas, quienes tomaron equinácea tenían entre 10 y 20% menos probabilidades de contraer un resfriado.
Los autores sugieren que quizás la razón de que esos efectos no se reflejaron en los estudios individuales es que estos incluyeron a pocas personas.
Aún así, en los resultados agrupados persiste el problema de que los participantes en distintos estudios tomaron varias clases de equinácea.
Efecto inmunológico
Además hay que tomar en cuenta que esos estudios excluyeron a personas con una enfermedad subyacente.
Y es que no todo el mundo quiere estimular el sistema inmunológico.
Desde hace tiempo los indígenas norteamericanos han apreciado el valor de la planta por sus propiedades médicas.
En personas con enfermedades como la esclerosis múltiple y la artritis reumatoide los sistemas inmunes se han vuelto demasiados activos y organizaciones como el Instituto Nacional de Salud en EE.UU. recomiendan no tomar equinácea.
En todo caso, la próxima vez que sienta picazón en la garganta y crea que está por padecer un resfriado, puede que la equinácea lo ayude, pero tenga presente que nadie sabe aún exactamente qué tipo debería tomar.
Y hasta que haya evidencias más contundentes piense que, en promedio, hay una posibilidad de entre 80 y 90% de que contraiga el resfriado de todos modos. Puede que tomar el remedio marque una diferencia, pero probablemente será pequeña.
fuente:bbc.com