EFE
Madrid
En sus 30 años de trayectoria musical, a Juan Luis Guerra le ha llovido algo más que café: 30 millones de discos vendidos, premios (quince Grammys Latinos y dos Grammys) y el reconocimiento unánime, pero él no deja de mirar al cielo, "a las cosas que vienen", por si se le permite seguir cumpliendo metas.
El artista dominicano está de paso por Madrid para promocionar "Todo tiene su hora" (Universal Music), el decimotercer disco de estudio de su carrera.
El hablar cotidiano de su tierra juega un papel importante en la producción. Por ejemplo en el primer corte, "Cookies & cream", un tema de corte social en el que el autor de "El Niágara en bicicleta" o "Tranquilo, Bobby, tranquilo" declara que "el horno no está pa galleticas".
"No he desechado juntar música y política, sino que he tomado la iniciativa de hacerlo más bajo el humor dominicano", precisa Guerra, que causó cierta polémica atacando el sistema capitalista y las condiciones de vida en América Latina en su álbum "Areito" (1992).
Su nuevo disco, en el que hay canciones dedicadas a su esposa, a Nueva York y a Colombia, llega después de "Colección cristiana" (2012), el segundo de corte religioso.
Merengue y la bachata prendieron la fiesta en América Latina, donde el disco más vendido en los últimos días ha sido "Todo tiene su hora", de Juan Luis, una actualización de esos ritmos bailables que popularizó décadas atrás.
En su primer disco en cuatro años, el cantautor ofrece un paseo por diversos ritmos caribeños y sudamericanos, entre merengue, bachata, salsa y hasta vallenato, en la canción "Canto a Colombia".