Ciudad del Vaticano (EFE).- El papa Francisco cumplió ayer 84 años y como es habitual no habrá celebraciones oficiales y seguirá su agenda normal de trabajo con reuniones de algunos miembros de la Curia y recibiendo felicitaciones de todo el mundo, pero recibió un ramo de girasoles de los pobres y yemas, el dulce típico de Ávila (España).
Por su parte, según informó la oficina de prensa del Vaticano, Francisco en el día de su cumpleaños quiso enviar cuatro ventiladores para los niños enfermos en Venezuela y diverso material médico a varias ciudades italianas.
Desde ayer en la mañana, en la capilla de la residencia de Santa Marta, donde vive Francisco, hay un ramo de girasoles que le llevaron a través de Limosnería apostólica los pobres que duermen en las zonas adyacentes al Vaticano y a los que el papa siempre ha regalado almuerzos, visitas a la playa, al circo o a ver la capilla Sixtina.
En otras ocasiones, Francisco solía desayunar con algunos de ellos el día de su cumpleaños, pero esta vez no pudo ser posible por la pandemia.
En este octavo aniversario que cumple desde que es pontífice, debido a la emergencia sanitaria no tendrá contacto con los fieles como ha ocurrido en otros que han coincidido con audiencias u otros actos y en los que le regalaron alguna tarta.
“Lo pasará con gratitud y sencillez como en otros años, rezando y pasando el tiempo con las personas con las que vive en Santa Marta”, explicó el portavoz vaticano, Matteo Bruni.
Uno de los primeros en felicitar al papa fue el presidente del Gobierno italiano, Giuseppe Conte.
En cumpleaños anteriores ha recibido cartas, correos y telegramas de felicitaciones desde todos los rincones del mundo y también suele llamarle el papa emérito Benedicto XVI.