Ayer lunes nueva vez manifestantes lanzaron piedras en la capital de Haití, Puerto Príncipe, e iniciar la cuarta semana de protestas que han paralizado la economía de la nación, mientras líderes de la oposición solicitaron a los partidos políticos a que se congreguen frente al Palacio Nacional para demandar la renuncia del presidente Jovenel Moise.
El llamado se produjo luego que miles de haitianos marcharon delante de las oficinas de la ONU el viernes en una de las mayores manifestaciones en semanas.
Una pequeña muchedumbre se congregó poco después del amanecer y lanzó piedras contra la policía, en la continuación de protestas en las que han muerto al menos 17 personas y casi 200 han resultado heridas, incluyendo el hijo de Dominique Grillon, atropellado por un auto cunado colocada barricadas la semana pasada.
“Nunca va a haber cambios en Haití”, dijo Grillon, y añadió que las protestas no llevan necesariamente a cosas mejores. “Sucedió en 2004 y no hizo nada bueno”. La Misión de la ONU para el Apoyo a la Justicia en Haití emitió una declaración el domingo por la noche en la que expresó su preocupación por la prolongada crisis política y llamó al gobierno a garantizar el funcionamiento de escuelas, hospitales y servicios de emergencias y permitir que la ayuda les llegue a los más vulnerables.
“La misión está preparada para respaldar soluciones pacíficas, que solamente pueden elaborar los haitianos, para resolver la situación actual y aliviar el sufrimiento de la población, de acuerdo con las normas democráticas y los principios de los derechos humanos”, dijo.
El líder opositor André Michel tuiteó un mensaje a sus partidarios y les pidió que siguieran en las calles hasta que renuncie Moïse.