A estas alturas de la epidemia del Covid-19, después de más de un mes de confinamiento, el estancamiento parece una mala noticia. Y los datos llevan una semana sin ofrecer signos de mejora, aunque hay que tener en cuenta que estos días el Gobierno está haciendo un ajuste para homogeneizarlos que puede ofrecer una visión distorsionada. Pero los que hay muestran este sábado 565 nuevas muertes, algo menos que la jornada anterior, pero en una tónica de estabilidad que dura desde el 11 de abril. Desde que comenzó la crisis sanitaria han fallecido oficialmente en España 20.043 personas por coronavirus.
Los positivos desde el inicio de la crisis sanitaria suman 192.920, es decir, 4.499 más que el viernes. Supone un crecimiento menor que día previo (5.252), pero siguen por encima de guarismos que se habían alcanzado en Semana Santa, probablemente influidos por el retraso en las tareas burocráticas de los días festivos.
Los casos nuevos son una cifra que conviene tomar con especial cautela, ya que la ampliación de pruebas está haciendo aflorar contagios que antes probablemente pasaban desapercibidos. Fernando Simón, director del Centro de Control de Alertas y Emergencias Sanitarias, ha advertido de que en las últimas tres semanas los test más fiables, los PCR, se han duplicado: de los alrededor de 200.000 que se realizaron la que comenzó el 23 de marzo, hasta los más de 400.000 de esta. Además, hay que sumar las pruebas serológicas, que el ministerio añade en una columna aparte de su informe y que cuentan personas que no tienen la enfermedad de forma activa, que probablemente la pasaron hace semanas o meses, ya que lo que estos detectan es la presencia de anticuerpos en la sangre, no del virus en sí. Al menos 1.194 de los nuevos casos detectados en las últimas 24 horas se han descubierto con este tipo de pruebas, pero no están contados en esos 4.499 nuevos del sábado para no distorsionar la curva atribuyendo infecciones pasadas al presente.
En opinión de Fernando Rodríguez Artalejo, profesor de Salud Pública y Medicina Preventiva en la Universidad Autónoma de Madrid, durante unos días, los casos no habría casi ni que tenerlos en cuenta, por estos ajustes de criterio que provocan una doble contabilidad: positivos por PCR y por test serológico. La cifra de muertes, advierte, también hay que tomarla con cautela: “No tiene que ir paralela a las hospitalizaciones, que vemos claramente que están bajando. Esto ya ha sucedido en Italia y se debe a muchos factores que no tienen que ver con el confinamiento. Uno es el número de contagios, que sí está relacionado, pero también influye la capacidad del sistema sanitario, la gravedad de los infectados y otros condicionantes que no somos capaces de entender bien”.
Desde hace más de una semana el informe que publica Sanidad no suma los ingresos en hospitales y UCI por la falta de homogeneidad de las comunidades autónomas: mientras unas ofrecían el dato acumulado desde el inicio de la crisis otras, como Madrid, aportaban cada día el de la jornada, restando altas y muertes. Simón ha asegurado las autonomías están trabajando por reportar datos uniformes, como les ha requerido el Gobierno esta misma semana. Los que hay, que sufren estas distorsiones, muestran que los casos que han requerido cuidados intensivos ha subido a un ritmo similar a los días previos: un 1,4% (llegó a superar el 40%) o, lo que es lo mismo, 76 nuevos. “Pero la mitad se concentran en una sola comunidad autónoma [Cataluña], lo cual obviamente hacen que tenemos que tener cuidado, y valorarlo específicamente”, ha dicho Simón. “Esperamos en los próximos días ver las mismas reducciones en las muertes que en las UCI”, ha concluido.
La cifra de altas hospitalarias del sábado es de 3.166. En total, 74.662 personas están oficialmente curadas de covid-19, lo que supone un 39% de los casos. Esta proporción también permanece estancada por los mismos motivos: aunque la recuperación de los pacientes sigue a un ritmo constante, el crecimiento de los positivos es mayor.
La evolución positiva que la curva venía mostrando la semana pasada se ha frenado. Los epidemiólogos y los asesores del Gobierno vienen señalando que para empezar a relajar las medidas de confinamiento habría que seguir viendo una evolución positiva de las cifras, algo que estos últimos días no está sucediendo, al menos en muertes y casos. Simón se remonta a los datos de 14 de días para observar una evolución “claramente positiva”. Lo hace porque este es más o menos el tiempo que transcurre entre que una persona se infecta, desarrolla síntomas, se hace la prueba y pasa a la estadística oficial. Estamos viendo, pues, una foto del pasado, con unas dos semanas de retraso. “Hoy sabemos que la transmisión es mucho más baja”, ha dicho.
Preguntado por la relajación de las medidas de confinamiento, ha dicho que tendrán que alargarse varias semanas, en mayor o menor medida, y que no podrán levantarse de golpe. “Se van a poder ir relajando a medida que podamos comprobar que transmisión está controlada o que se puedan controlar los casos y que el sistema asistencial pueda responder sin llegar a los límites que ha sufrido en caso de un posible rebrote”, ha zanjado.
En el mundo ya se han confirmado más de 2,2 millones de casos positivos, de los cuales más de 154.000 terminaron en fallecimiento. Estados Unidos, con más de 700.000 contagios registrados lidera la clasificación, seguido de España e Italia.