POR JAVIER AGUSTÍN
La República Dominicana adolece desde hace muchos años de un sin número de males que nos han afectado y no nos han permitido avanzar como país. Uno de ellos es el sector transporte.
Se trata de una de los factores vitales para el desarrollo y sostenibilidad económica de una nación, porque para que el aparato productivo de un país pueda hechar adelante, es necesario que cuente con un buen servicio de transporte para sus ciudadanos.
Por eso, cuando hablamos del transporte de pasajeros a nivel urbano, interurbano y al interior del país, es un completo caos un desastre en pocas palabras.
Y es que las federaciones de transporte con sus monopolios han manipulado a todos los gobiernos para no ser regulados ni ajustarse a ninguna de las normativas ni a las leyes que les fiscalizan.
Y que decir de los servicios que ofrecen en la provincia de San Cristóbal donde no toman en cuenta la realidad de la pandemia del coronavirus y obligan a los ignorantes usuarios a amontonarse en sus unidades sin respetar las disposiciones de distanciamiento emanadas por las autoridades sobre todo en los transportes públicos.
El llamado más que a los dirigente choferiles es a la población en sentido general. Ya es tiempo de que entendamos que nada está por encima del valor de la vida y la salud.