El Papa Francisco recordó que “el Señor está siempre con nosotros, también en los momentos de la prueba, y que nunca nos abandona” al reunirse con enfermos y personas sin hogar que son asistidas por Misioneras de la Caridad en el “Centro Belén” de Bratislava.
En el segundo día de su viaje apostólico a Budapest y Eslovaquia, que concluirá el 15 de septiembre, el Santo Padre fue recibido muy emotivamente en la tarde de este lunes en el Centro Belén localizado en el barrio de Petržalka, en Bratislava.
El Papa viajó en coche desde la Nunciatura alrededor de las 4:10 p.m. (hora local). A su llegada, fue recibido por la superiora de la comunidad, le pusieron un collar azul tradicional y saludó a cada una de las Misioneras de la Caridad que viven allí.
En los alrededores del Centro Belén había numerosos fieles que lo esperaban afuera del edificio, entre ellos, personas en sillas de ruedas, algunos frailes franciscanos y familias.
El Santo Padre pronunció un breve discurso de saludo espontáneo en el que deseó “buenas tardes a todos” y dijo “estoy muy contento por visitarlos, por estar entre ustedes, estoy muy contento. Gracias por recibirme”.
Luego, el Papa destacó “agradezco mucho a las hermanas, por el trabajo que hacen, trabajo de acogida, de ayuda, de acompañamiento. Muchas gracias. También agradezco a las mamás y a los papás que están con los jóvenes y doy gracias a todos los jóvenes que están aquí en este momento”.
En esta línea, el Santo Padre recordó que “también el Señor está con nosotros, cuando nosotros estamos juntos, así felices, el Señor está con nosotros” y añadió que Dios “también está con nosotros en los momentos de la prueba, nunca nos abandona”.
“El Señor siempre es cercano a nosotros, podemos verlo o podemos no verlo, pero siempre nos acompaña en el camino de la vida. No olviden esto, sobre todo en los momentos difíciles. Muchas gracias, muchas gracias”, concluyó el Papa.
Posteriormente, el Papa realizó una visita privada al centro. Mientras que un coro formado -también por niños- cantó canciones en eslovaco. Algunos de los menores también tocaban instrumentos musicales.
Según describió el programa de la visita papal, el Santo Padre fue acompañado por la superiora del Centro Belén quien le enseñó algunas de las habitaciones de la estructura.
En el Centro se encontraban algunas personas sin hogar que son asistidos por las religiosas de la Congregación de la Madre Teresa y el Papa se detuvo con algunos residentes de la casa.
Finalmente, después de la visita privada, que duró alrededor de 20 minutos, el Pontífice rezó junto a los presentes un Ave María, bendijo a todos y regaló un cuadro de la Virgen María de porcelana blanca que representa a la Madre de Dios con el Niño Jesús que tiene en las manos un racimo de uvas.
Antes de subir al coche se acercó a saludar a muchas de las personas presentes, niños, personas en silla de ruedas y familias mientras que el coro de niños entonaba la canción “prefiero el paraíso”.
Según informó la oficina de prensa de la Santa Sede, el mensaje del Papa que firmó en el libro de honor del Centro Belén fue “agradezco a las Hermanas de la Caridad su testimonio. Agradezco a las personas que colaboran. Rezo por ustedes; por favor, háganlo por mí. Que el Señor los bendiga y que la Virgen los proteja”.
Centro Belén
El Centro Belén de las Misioneras de la Caridad se encuentra en el barrio de Petržalka, en Bratislava, que cuenta con altos edificios de viviendas sociales.
Desde hace más de veinte años, la comunidad internacional de las religiosas de la Madre Teresa de Calcuta atiende a personas sin hogar, a los indigentes, y a las personas necesitadas de ayuda, sobre todo a los enfermos.
Se trata de una pequeña estructura construida en dos pisos, que antes fue una guardería, en la que las hermanas dan asistencia, ropa y bienes esenciales a quienes viven en la calle y tocan a su puerta. Actualmente, está compuesto por un espacio para dormitorio, baños y otro para servir comidas calientes.
En la planta baja se atiende las necesidades básicas y hay la posibilidad de pernoctaciones cortas; en la planta superior hay una habitación para pacientes de larga duración o gravemente enfermos y, al lado, hay una capilla dedicada al Inmaculado Corazón de María. Las actividades caritativas del Centro Belén son sostenidas gracias a la generosidad de benefactores.
Cerca del Centro Belén se encuentra la iglesia parroquial de la Sagrada Familia que fue consagrada en 2005, después de la visita de San Juan Pablo II de 2003. En ese año beatificó a dos mártires del comunismo: sor Zdenka Schelingova y el obispo greco católico Vasil Hopko.