Los celos infantiles suelen ser una conducta común, y hasta cierto punto es normal que ocurran. La psicóloga Melany Montila, entrevistada en el programa Loyola Es Familia, los definió como un estado emocional transitorio en que el niño se siente desplazado en el afecto de sus padres y experimentan una sensación de abandono.
Montilla, que labora en el segundo ciclo de Secundaria del IPL, expresó que los celos infantiles surgen como una reacción instintiva del niño ante el temor de perder el cariño o el trato afectivo de sus progenitores, esto ocurre mucho cuando los papás comienzan a tener más hijos y llega un nuevo hermanito al hogar, en quien se concentran los cuidados.
La especialista explicó que también pueden presentarse cuando se percibe cierto favoritismo de un padre hacia algún hijo y se producen las indebidas comparaciones entre los niños.
Los celos infantiles se pueden manifestar con comportamientos internos como sensación de enojo, aislamiento, tristeza, llanto constante o agresividad. También están los comportamientos regresivos, cuando el niño repite cosas ya superadas como mojar los pañales, chuparse el dedo o el mal comer, asimismo, suelen darse mucho la desobediencia, el desafío y la irritación.
Cuando los celos en la etapa infantil se salen de lo normal, se prolongan en el tiempo o están acompañados de ansiedad y conductas agresivas, Montilla afirmó que deben ser causa de atención especializada.
¿Cómo manejar los celos infantiles? Se debe escuchar al niño para saber cómo se siente y hacer que se sienta comprendido, pasar momentos agradables con él, dedicarle tiempo, evitar las críticas y comparaciones, fomentar una interacción del niño con sus demás hermanitos y evitar las competencias entre ellos.
Nuestra entrevistada invitó a que los padres entiendan que se trata de una etapa transitoria y normal, pero que deben estar atentos a ver si se prolonga en el tiempo. Igualmente les instó a ser parte de una crianza positiva, rica en valores, con mucho amor, huyendo de aquellas acciones que no aporten a un buen crecimiento de sus hijos.
Por Alexander Vallejo