El jefe de asuntos humanitarios de la ONU, Martin Griffiths, denunció el miércoles el bombardeo del campo de refugiados de Jabaliya, que dejó decenas de muertos, y lo describió como "la última atrocidad que golpea a la población de Gaza".
Decenas de palestinos murieron en el bombardeo del martes contra el mayor campo de refugiados de la Franja de Gaza, un ataque que el ejército israelí confirmó, indicando que iba dirigido contra uno de los responsables del atentado de Hamás del 7 de octubre.
"En Gaza, mujeres, niños y hombres mueren de hambre, traumatizados y asesinados en los bombardeos. Han perdido toda fe en la humanidad y toda esperanza en el futuro", insistió Martin Griffiths, a su regreso de un viaje a Israel y Cisjordania, al tiempo que reiteró su condena de los "brutales" ataques de Hamás del 7 de octubre.
"Mientras tanto, el mundo parece incapaz o incluso poco dispuesto a actuar. Esto no puede continuar", añadió, pidiendo "pausas humanitarias" en los combates para permitir la entrada de más ayuda humanitaria y que Hamás libere a los rehenes.