Durante la gestación, en aquellas madres con algún factor de riesgo, o en parejas donde uno de los dos presente una afección congénita, debe realizarse un ecocardiograma fetal que permita observar el corazón de la criatura y hacer la planificación médica, económica y emocional con los especialistas pertinentes, preparando las condiciones que se requerirán para asegurar la atención adecuada en el momento del nacimiento del niño, afirmó la doctora Patricia Romero, pediatra cardióloga, en el programa Loyola Cuida tu Salud, que se trasmite por la emisora Magis 98.3 del Instituto Politécnico Loyola.
Explicó que el estudio debe practicarse en embarazadas con antecedes de óbitos —bebés que mueren cerca del parto—, hipertensas, diabéticas, con abortos habituales, adolescentes, mayores de 35 años o con algún proceso infeccioso, sobre todo durante el primer trimestre del embarazo que es cuando se forma el corazón del bebé.
La especialista destacó además, que los recién nacidos que se cansan al alimentarse, sudan mucho, lloran estando confortables, toman una tonalidad morada o se les observa una respiración muy rápida, son señales que ameritan una evaluación cardiovascular.
Durante su entrevista en Magis, la doctora narró el caso de una madre que mientras su hijo disfrutaba de un baño en la playa observó cómo el pecho presentaba una deformidad, buscó asistencia médica y resultó que tenía un retorno venoso pulmonar anómalo, el infante fue operado y hoy tiene buena salud.
Precisó que un niño hasta el primer año de vida tiene unos 120 latidos por minutos, pero cuando la criatura va creciendo deben asemejarse a los de un adulto, si esto no sucede los padres deben buscar ayuda profesional porque puede desarrollar hipertensión pulmonar, por eso hay pediatras que se van un paso adelante y recomiendan estudios del corazón.
La profesional de la salud indicó que hay muchos problemas asociados al ritmo del corazón que no dan sintomatología, por tanto, lo ideal es una evaluación completa que incluya un electrocardiograma a los niños y adolescentes que practican algún deporte. Señaló que cuando jóvenes deportistas caen bruscamente debe practicárseles un estudio cardiovascular para descartar algún trastorno relacionado con el ritmo cardiaco y asegurarse de que realice en la mejor forma ese esfuerzo físico.