La reciente sentencia del Tribunal Constitucional (TC) que despenaliza las relaciones homosexuales en el seno de la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas ha provocado una convergencia de condena entre las principales confesiones cristianas del país, católicos y evangélicos.
El nuevo obispo coadjutor de Santo Domingo, Monseñor Carlos Tomás Morel Diplán, se ha erigido en la figura de la Iglesia Católica que tilda el fallo de "desacertado" e "inconveniente", reforzando el clamor de grupos como la Mesa de Diálogo y Representación Cristiana y el Consejo Dominicano de Unidad Evangélica (Codue).
En el centro de la controversia, el obispo Morel Diplán manifestó su profunda preocupación por la decisión judicial, exponiendo que el TC "debía ponderar mucho mejor el tema".
Desde su perspectiva, al anular los artículos que castigaban la "sodomía" en los Códigos de Justicia, el tribunal está "abriendo puertas en instituciones importantes como la Policía Nacional a la homosexualidad".
El prelado insiste en la necesidad de cautela social, señalando que la medida "manda una mala señal para la sociedad".
El obispo concluyó con una rotunda desaprobación: "De manera que no veo conveniente, creo que es un paso desacertado de parte de la institución (Tribunal Constitucional)".
Por su parte, el Consejo Dominicano de Unidad Evangélica (Codue) aseguró, a través de su presidente, Feliciano Lacen, que el fallo constituye "un atentado directo contra las buenas costumbres, la moral pública y los valores tradicionales".