VATICANO, 03 Sep. 16 / 04:28 am (ACI).- En su mensaje a los participantes del Jubileo de los voluntarios y operarios de la misericordia, reunidos el 3 de septiembre durante la Audiencia Jubilar en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco aseguró que no sería digno de la Iglesia ni de un cristiano "pasar de largo" ante las "muchas formas de pobreza que piden misericordia".
El Jubileo de los voluntarios y operadores de la misericordia tiene lugar en Roma del 2 al 4 de septiembre, y culminará con la ceremonia de canonización de la Beata Teresa de Calcuta, cuyo ejemplo el Papa alentó a seguir.
"No se puede mirar para otro lado y dar la espalda para no ver muchas formas de pobreza que piden misericordia", dijo el Santo Padre y subrayó que "no sería digno de la Iglesia ni de un cristiano 'pasar de largo' y pretender tener la conciencia tranquila sólo porque se ha rezado".
"El Calvario es siempre actual; no ha desaparecido ni permanece solo como un hermoso cuadro en nuestras iglesias. Ese vértice de compasión, del que brota el amor de Dios hacia la miseria humana, nos sigue hablando hoy, animándonos a ofrecer nuevos signos de misericordia".
Francisco señaló que "no me cansaré nunca de decir que la misericordia de Dios no es una idea bonita, sino una acción concreta; y que la misericordia humana no será auténtica hasta que no se concrete en el actuar diario".
Al recordar el himno de la caridad escrito por San Pablo a la comunidad de Corinto, el Papa indicó que "esta enseñanza debe ser para nosotros una certeza inquebrantable; el amor de Dios no cesará nunca, ni en nuestra vida ni en la historia del mundo".
"Es un amor que permanece siempre joven, activo y dinámico, y que atrae hacia sí de un modo incomparable. Es un amor fiel que no traiciona, a pesar de nuestras contradicciones".
El Santo Padre destacó que "cuanto más nos dejamos involucrar por este amor, tanto más se regenera nuestra vida. Verdaderamente deberíamos decir con toda nuestra fuerza: soy amado, luego existo".
"El amor del que nos habla el Apóstol no es algo abstracto ni vago; al contrario, es un amor que se ve, se toca y se experimenta en primera persona", dijo.
"La forma más grande y expresiva de este amor es Jesús", indicó, y dijo que "del Calvario, donde el sufrimiento del Hijo de Dios alcanza su culmen, brota el manantial de amor que cancela todo pecado y que todo recrea en una vida nueva".
El Papa subrayó que "la verdad de la misericordia se comprueba en nuestros gestos cotidianos que hacen visible la acción de Dios en medio de nosotros".
Dirigiéndose a los operarios y voluntarios reunidos en la Plaza de San Pedro, Francisco señaló que "entre las realidades más hermosas de la Iglesia se encuentran ustedes que cada día, casi siempre de forma silenciosa y oculta, dan forma y visibilidad a la misericordia". "Ustedes manifiestan uno de los deseos más hermosos del corazón del hombre: hacer que una persona que sufre se sienta amada", dijo. "En las distintas condiciones de indigencia y necesidad de muchas personas, vuestra presencia es la mano tendida de Cristo que llega a todos".
El Santo Padre indicó luego que "la credibilidad de la Iglesia pasa también de manera convincente a través de su servicio a los niños abandonados, los enfermos, los pobres sin comida ni trabajo, los ancianos, los sintecho, los prisioneros, los refugiados y los emigrantes, así como a todos aquellos que han sido golpeados por las catástrofes naturales". "Dondequiera que haya una petición de auxilio, allí llega su testimonio activo y desinteresado", señaló.
El Papa destacó también que "tendremos la alegría de ver a Madre Teresa proclamada santa". "Este testimonio de misericordia de nuestro tiempo se añade a la innumerable lista de hombres y mujeres que han hecho visible con su santidad el amor de Cristo". Francisco alentó finalmente a imitar el ejemplo de la Madre Teresa "y pidamos ser instrumentos humildes en las manos de Dios para aliviar el sufrimiento del mundo, y dar la alegría y la esperanza de la resurrección".