A 72 horas de la segunda vuelta para escoger al Presidente de la República y a 14 gobernadores que no lograron el consenso electoral de los ciudadanos en la primera ronda, el Tribunal Superior Electoral tiene todo el engranaje tecnológico listo para culminar este proceso decisivo para el país, porque definirá si la política de gobierno actual ha sido efectiva o si se requiere de un cambio sustancial.

Los ciudadanos, quienes por ley están obligados a ejercer el sufragio y condenados a multas si no lo hacen, tienen en sus manos el corazón de los candidatos Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), quien alcanzó 41.59% de los votos y es apoyada por el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva para que se mantenga en el poder; y Aecio Neves, del conservador Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), quien sólo logró 33.55%, pero posteriormente mejoró su posición al recibir el respaldo de los seguidores de la otra candidata importante, Marina Silva. No obstante, anoche, las últimas dos encuestas del proceso otorgan entre 6 y 8 puntos de ventaja a Rousseff.

El triunfo electoral de la candidata Rousseff significaría la reafirmación de la efectividad de una política de gobierno basada en la inclusión social y una demostración de que las acusaciones de corrupción no tendrían validez en el entendido de los votantes, mientras que su derrota sería el punto de partida de una nueva tendencia de gobierno social, con nuevos aliados e intereses que presumen un empuje de los sectores productivos y una mejoría en las clases desposeídas.

Para Aecio Neves, su ganancia electoral lo coronaría como el futuro innovador de Brasil y el nuevo aliado de las grandes potencias y bloques regionales que aspiran al desarrollo económico y social, con una actitud más receptiva, ya que comienza un mandato con nuevas expectativas de cambios y necesariamente tendrá que reformar los sistemas de negociación y cooperación actuales.

Ante este panorama y con la responsabilidad de garantizar la total transparencia del proceso mediante la realización del voto electrónico, el presidente del Tribunal Superior Electoral, José Antonio Dias Toffoli, recibió en su despacho el jueves en la noche al director de Listín Diario, Miguel Franjul, acompañado del embajador dominicano en Brasil, Dionis Pérez; la primera secretaria Orly Burgos, el consejero José Loreto Julián y la periodista que suscribe esta nota, con fines de orientar sobre los adelantos de los preparativos electorales.

Tras conceder una entrevista exclusiva para este diario, ofreciendo los detalles del montaje de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Brasil, Dias Toffoli explicó a Franjul la metodología de trabajo, y para que comprobara la practicidad del ejercicio de votación electrónica lo invitó a ejercer un sufragio de prueba.

Rapidez
El funcionario electoral garantizó que a más tardar a las 8:30 de la noche de este domingo, a tres horas de cerrarse las urnas, 5:00 de la tarde para la mayor parte del país y a las 8 de la noche para el Estado de Acre, que tiene un huso horario diferente en tres horas, se conocerá el resultado de las elecciones, en vista de que el sistema electrónico permite una contabilidad instantánea y que sólo se procede a formalizar el documento de impresión pública, sin ningún margen de error.

Según explicó, este método, que es utilizado en Brasil desde el año 1996, ha ayudado a este país a dar un salto en materia de transparencia y credibilidad, tanto de parte de los candidatos como de los votantes y observadores, pues la gente puede ver y comprobar los resultados de una manera directa, sin dejar dudas de la efectividad de las últimas tecnologías en materia electoral.

Aseguró que Brasil vive un momento de credibilidad de sus instituciones y que muestra de ello es que las encuestas realizadas sólo tienen que suscribirse al tribunal y cumplir con las normas básicas de confirmar la legalidad de la Constitución de las firmas encuestadoras y de los métodos utilizados, y que sólo en caso de que se presente cualquier imputación de parte de las organizaciones políticas, entonces los jueces del Tribunal Supremo Electoral intervendrían.

Al responder a la pregunta de las expectativas que se tienen de votación masiva, respondió con firmeza que se espera el sufragio de 142 millones de personas, de los 201 millones de ciudadanos brasileños en Brasil, y que el nivel de abstención y de votos en blanco podría ser muy mínimo, porque esta vez serían más los que se verán obligados a votar para romper el empate de los candidatos.

En la primera vuelta electoral, realizada el 5 de este mes de octubre, votaron 115 millones 122 mil 883 millones de personas, que representaron 80.61% del electorado inscrito en el padrón, con una abstención de 19.39%. Los votos válidos fueron del 90.36%, equivalentes a 104 millones 023 mil 802 de votantes, mientras que los votos en blanco ascendieron a 3.84% que suman 4 millones 420 mil 489 personas, y los nulos fueron de 5.80% que corresponden a 6 millones 678 mil 592 votantes.

En la primera ronda electoral se presentaron 22 mil 388 candidatos aspirantes a 1,709 cargos, de los cuales 11 aspiraban a la Presidencia de la República, quedando descartados y sólo dos encabezando el pulso para la segunda vuelta, así como 14 aspirantes a gobernadores.

Las presentes elecciones también han experimentado una novedad electrónica con la implementación del voto biométrico que asegura la coincidencia de la persona registrada en el padrón electoral y la que compareció a las urnas electrónicas, a través del reconocimiento de las huellas digitales y la firma digital plasmada en la urna electrónica.

En estas elecciones 21 millones 677 mil 955 electores estuvieron aptos para votar por el sistema biométrico, de los cuales 91.5% fueron reconocidos por medio de las huellas digitales, lo que es considerado como el éxito de la identificación biométrica del elector.

El presidente del Tribunal Supremo Electoral, Dias Toffoli, informó a los periodistas dominicanos que se espera también la participación masiva de votos de brasileños radicados en el exterior, para lo cual se ha establecido que exista una cantidad mínima de 50 personas, mientras que en el territorio local brasileño las urnas distribuidas en distintos distritos pueden acoger hasta 500 votantes.
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