La explosión de gas en el corazón de San Cristóbal nos ha dejado consternados. Nuestros pensamientos y oraciones están con las víctimas y sus familias, quienes enfrentan un dolor inimaginable en estos momentos. Expresamos nuestro más profundo pesar por la pérdida de vidas y extendemos nuestro más sincero apoyo y solidaridad a toda la comunidad de San Cristóbal. Que la paz y el consuelo de Dios rodeen a aquellos que lloran y sufren en estos momentos oscuros.

Ante esta devastadora explosión, es crucial que se establezcan con precisión las causas de este trágico suceso. La búsqueda de la verdad es una responsabilidad compartida y esencial para prevenir futuras tragedias y garantizar la seguridad de todos.

La tragedia está dejando al descubierto, una vez más, algunas debilidades en la coordinación y cierto grado de improvisación por parte de las autoridades. Es urgente que nuestros sistemas de respuesta ante desastres mejoren y se fortalezcan. En estos momentos, sugerimos que la coordinación de los distintos grupos se haga desde el COE, siguiendo esquemas probados de intervención, como los del manual ESFERA.

Este momento de dolor y necesidad ha de despertar el espíritu de unidad y solidaridad que ha caracterizado al pueblo dominicano. Es fundamental que los esfuerzos se concentren en socorrer adecuadamente a las víctimas y a la comunidad, brindándoles los apoyos necesarios para su recuperación. En este sentido, instamos a todos los partidos y grupos políticos a no utilizar esta tragedia como una oportunidad para sacar provecho proselitista. Que la compasión y la humanidad guíen nuestras acciones en lugar de intereses partidistas.

En medio de esta tristeza, también es preciso enfrentar el desafío de la propagación de noticias falsas y rumores. Para lograr una comunicación veraz y fidedigna que ayude al proceso de intervención, sería bueno que la Gobernación y el Ayuntamiento de San Cristóbal coordinen una vocería oficial de la que se nutra la opinión pública. La desinformación puede causar confusión y pánico, dificultando aún más la situación. Es responsabilidad de todos ser prudentes y verificar la veracidad de la información antes de difundirla. Mantengamos la calma y el discernimiento, y busquemos fuentes confiables para estar informados de manera precisa.

Para finalizar, reiteramos la exhortación a la solidaridad. En momentos de crisis, debemos recordar que somos todos hijos de un mismo Dios y sujetos de los mismos derechos fundamentales. Nuestra responsabilidad es actuar en consecuencia.

Que la esperanza y la fortaleza emerjan de las cenizas, y que nuestras manos y corazones se unan para brindar ayuda, consuelo y esperanza a quienes han sido afectados por esta tragedia.

Santo Domingo, 15 de agosto de 2023