La Ceratitis capitata, conocida como la mosca Mediterránea de la Fruta, es considerada como uno de los mayores enemigos de la agricultura. La razón se debe a que ataca a más de 200 especies frutales como el mango, el aguacate, la guayaba, la mayoría de los cítricos, incluso llegando hasta hortalizas como la berenjena, entre otras.
El Ministerio de Agricultura detectó un brote en Los Corales, de Punta Cana, provincia La Altagracia, por lo que activó un protocolo de emergencia en el perímetro de detección a través del Programa Nacional de Vigilancia y Control de Moscas de Frutas.
La mosca Mediterránea es un insecto de amplia distribución geográfica, procedente del África subsahariana, de donde se ha extendido a otras zonas templadas, subtropicales y tropicales de los dos hemisferios, explica el ingeniero agrónomo Fernándo García Marí.
El especialista García Marí expone que las hembras de la mosca del Mediterráneo colocan huevos perforando la piel de las frutas, los cuales al cabo de dos o tres días se transforman en larvas o gusanos.
“Este desarrollo se completa entre los siete y los diez días, momento en que abandonan la fruta, caen al suelo, se entierran y se transforman en pupas o capullos”, de acuerdo con el catedrático de Ecosistemas Agroforestales de Valencia.