Una de las causas que lleva a la población adolescente, en su mayoría masculina, a abandonar su hogar y la escuela se debe a la vinculación al dinero desde la infancia, forjado en el machismo expresó la antropóloga social Thaira Vargas.
“Es una vinculación en la que se supone que al tener dinero desde temprano estoy siendo más hombre y asumo el rol que me corresponde como proveedor. Esta presión social que viene desde la familia o el entorno genera la búsqueda de dinero fácil. Si bien los muchachos no se insertan en las redes delictivas de manera intencional desde sus inicios, se van enrolando en actividades que dentro de las mismas aparecen algunas que entran en conflicto con la ley”, indicó.
Vargas explicó que entre las actividades delictivas en que incursionan los adolescentes se destaca el micro tráfico de drogas, siendo insertado en su mayoría por algún adulto.
a 136 jóvenes entre los 13 a 17 años, por estar involucrados en hechos delictivos a nivel nacional.
De ese total, unos quince fueron apresados por homicidios, nueve por causar heridas con violencia, 91 por robo, dos por falsificación, ocho por porte ilegal de armas de fuego y once acusados de violación sexual, según las cifras del Departamento de Estadísticas y Cartografía de la uniformada.
De su lado, el sociólogo Celedonio Jiménez consideró que este es un fenómeno que se ha ido incrementando gradualmente, teniendo como factor fundamental el deterioro de la familia.
Jiménez refirió que estudios recientes establecen que en el país el número de menores en conflicto con la ley escaló a 546, cifra que en el año 2014 era de 448.
Precisó que debido a la gravedad cada vez mayor de los delitos en que incurren muchos de los menores de edad, hay quienes plantean la necesidad de aumentar las penas contra estos, sin embargo, considera que no es una solución real al problema.
“La Constitución establece la protección de la niñez y la familia. El Estado. con el cúmulo de problemas, la atención que pone a aspectos electorales y el clientelismo, descuida olímpicamente la situación de los menores y familiares”, manifestó.
Agregó que se deben tomar medidas para aminorar el fenómeno del trabajo infantil, del cual asegura supera los 300 mil menores que realizan trabajo productivo en el país.
Mientras, el padre Luis Rosario, director de la Red de Muchachos y Muchachas con Don Bosco y quien posee una vasta experiencia trabajando a favor de los niños y adolescentes más desposeídos, sugirió a la sociedad y al Gobierno prestarle mayor atención a este segmento de la población y preocuparse por la educación que están recibiendo.
Añadió que se debe proponer seriamente el tema de qué tipo de nuevas generaciones queremos, si pervertidas o sustentadas en valores.
Con más de 30 años de labor ininterrumpida, la Red de Muchachos y Muchachas con Don Bosco cuenta con 12 casas de servicios y asistencias a nivel nacional a niños y adolescentes, incluyendo un hogar para la población en situación de riesgo.
En 1990 surgió el proyecto “Yo también”, donde a través de varios centros especializados se trabaja en la inclusión de jóvenes que abandonan su familia.
Rosario explicó que el programa trata de mantener el menor tiempo posible a los jóvenes en sus centros, agotando un programa escolar, laboral, sanitario, legal, deportivo y artístico recreativo que culmina con la reintegración familiar y escolar o ser entregados a familias sustitutas.
Agregó que más de 3,500 jóvenes en situación de riesgo han sido asistidos en el programa “Yo también”, desde donde muchos han sido reintegrados a sus familias.Fuente