El Instituto Politécnico Loyola despide con profundo pesar a quien fuera rector de esta casa de altos estudios de 1996 a 2003, el sacerdote dominicano Antonio Lluveres Navarro, S.J., fallecido en Santo Domingo el jueves 17 de junio de 2021 a las 6:00 de la mañana producto de un paro cardíaco con complicaciones respiratorias.
Nació en Santo Domingo el 16 de septiembre de 1946, el mayor de los dos hijos de Fernando Antonio Lluberes y Dolores María Navarro (Doña Lolita). Hizo sus estudios primarios e intermedios y parte del bachillerato en el Colegio Don Bosco (1960-1963), terminándolos en el Liceo Juan Pablo Duarte (1963-1964). Durante casi dos semestres asistió al Colegio Universitario de la UASD (1964-1965), hasta que ingresó al noviciado de la Compañía de Jesús en Manresa-Loyola el 7 de septiembre de 1965. Realizó sus estudios de Humanidades en el Instituto Pignatelli de Los Teques, Venezuela (1967-1968). Completó la carrera de Filosofía en la Universidad Católica Madre y Maestra en Santiago de los Caballeros (1968-1970), residiendo en el recién inaugurado Centro Bellarmino. Su etapa de magisterio la hizo en el Colegio Agrícola de Dajabón (1970-1972). Viajó luego a España para estudiar Teología en Granada (1972-1975), donde orientó sus estudios hacia la Historia de la Iglesia. Fue ordenado sacerdote en la parroquia de San Juan Bosco, capilla de su colegio, el 3 de mayo de 1975, por el arzobispo Octavio A. Beras.
Inició sus estudios formales de historia en George Washington University (U.S.A.) donde obtuvo el grado de master en 1979. A continuación, hizo una licenciatura en Teología por la Universidad Gregoriana de Roma (1976-1977). De nuevo en su país hizo la tercera probación en Licey al Medio, durante en los años 1979-1980. Pronunció sus últimos votos el 6 de febrero de 1982 en Manresa-Loyola, siendo Provincial el P. José Somoza. Su grado académico en Historia hizo que el Provincial P. Pérez-Lerena lo pusiera a disposición del arzobispo de Santo Domingo como historiador de la Iglesia dominicana.
Su actividad apostólica la inició como profesor de Eclesiología e Historia de la Iglesia del Seminario Pontificio (1979- 1986). Desempeñó con gran disponibilidad cargos directivos a partir de 1983. Fue rector del Filosofado San Pedro Claver (1983-1989), período en que también fue director de la revista Estudios Sociales (1983-1989). Luego asumió las direcciones de Radio Santa María en La Vega (1989-1996) y de Fe y Alegría (2008-2013).
En los años 2009-2012 fue socio y admonitor del Provincial y secretario de la Comisión Episcopal para la Cultura. De 2013 a 2017 colaboró en el Centro Bellarmino de Espiritualidad (Santiago) y fue coordinador del programa de teología para laicos del Centro Bellarmino. Del año 2018 al año 2020 colaboró en el Instituto Superior Bonó, siendo subdirector de su biblioteca.
En 2021 fue destinado a colaborar en la parroquia San Lorenzo Mártir y en el politécnico Manuel Acevedo Serrano, Fe y Alegría, en Cutupú, La Vega. Desde allí colaboraba además con la programación de Radio Santa María. Nunca dejó de escribir artículos enjundiosos sobre temas sociales y eclesiales, enriqueciendo medios impresos católicos como la revista Amigo del Hogar y el periódico Camino.
El día 9 de junio fue diagnosticado de covid y trasladado a la Plaza de la Salud para fines de supervisión, sin que tuviera síntomas de qué preocuparse. Estando ingresado en el hospital, su cuadro de salud se complicó, debido, entre otras razones, a enfermedades cardiovasculares que le acompañaban desde hacía tiempo.
Ton, como le decían todos sus conocidos, será recordado como el hombre fiel que nunca dijo no a las tareas que le pidieron. Fino conocedor de la condición humana, de la historia y de la sociedad dominicana, sus juicios libres, ponderados y críticos iluminaron a todos aquellos que tuvieron la oportunidad de compartir con él.
Hombre de Iglesia, su consagración sacerdotal se corona, poco antes de cumplir los 75 años, con el recuerdo y la comunión de una vida solidaria y sensible que no se acaba.
La Iglesia y toda la comunidad de religiosos y laicos jesuitas celebran su vida de entrega y ejemplar servicio al pueblo de Dios y ruegan porque brille para él la luz perpetua.