La educación emocional es el proceso pedagógico que busca dotar a las personas de competencias para reconocer, comprender y regular sus emociones, así como para interpretar y responder a las emociones de los demás, constituyéndose en una pieza importante en la construcción de aprendizaje en jóvenes y adultos, así lo explicó la psicóloga Ana Hilda Benitez, en entrevista para el espacio Loyola Es Familia de la emisora Magis 98.3 FM.
Benitez señaló que el objetivo de la educación emocional es contribuir al desarrollo integral del individuo, fomentando tanto el bienestar personal como la convivencia social. Indicó que numerosos estudios en psicología y neurociencia han demostrado que no se puede aprender de forma eficaz sin educación emocional, encontrando que emociones positivas como la motivación, la curiosidad y el entusiasmo potencializan el desarrollo educativo de los estudiantes (sin distinción de edad), mientras que la ansiedad, el miedo, la sensación de frustración, pueden bloquear los procesos cognitivos para que el estudiante tenga un rendimiento adecuado.
La profesional de la psicología resaltó que la emoción actúa como un motor de la motivación, y esto se ve evidenciado en que las personas, "siempre recuerdan más aquellas cosas que asocian a una emocion". Añadió que cuando el docente estimula la regulación de los estímulos personales en sus alumnos, enseñándoles a ver de forma distinta los hechos que le suceden, "comienzan a ver con resiliencia los fracasos, como oportunidades de mejora para su bien".