A lo largo de su más de medio siglo de historia, el Instituto Politécnico Loyola (IPL) ha graduado miles de bachilleres con una educación basada en la calidad y ha dedicado sus esfuerzos a la formación técnica de personas hábiles para satisfacer la demanda laboral nacional.
En entrevista para el programa Magis en el Aula, que se difunde los lunes por la emisora Magis 98.3 FM, el director de la Facultad de Ingeniería, Carlos Pereyra, explicó que a partir de los logros en la capacitación de peritos en Mecánica, Electrónica, Electricidad y Agronomía, surgió la necesidad de avanzar hacia un nivel superior, dando paso a la formación de los tecnólogos, para más tarde crear un instituto especializado en el campo de ingenierías.
Nuestro entrevistado subrayó que la visión con que nació el Instituto Especializado de Estudios Superiores Loyola (IEESL), fue responder a la necesidad de mano de obra calificada en Mecánica, Tecnología y Agronomía, ya que no existía en el país una universidad especializada en estos campos académicos, con criterios de formación moderna.
El académico agregó que la demanda creciente de técnicos eficaces en empresas industriales, tomando en cuenta además, el prestigio de Loyola, motivó a las autoridades del momento a dar el salto para crear el IEESL, encabezadas por el rector, P. Francisco Escolástico, S.J., y respaldadas por gestiones realizadas por el entonces vicerrector académico Marino Brito Guillén y los directivos Freddy García, Eloyda Álvarez y Carina Contreras.
Destacó la profundidad formativa de los estudiantes, que al capacitarse como tecnólogos o ingenieros, pueden responder a las exigencias laborales de estos tiempos, ser innovadores y gestar nuevos proyectos, cumpliendo con el llamado de Loyola de dar siempre el magis ignaciano para en todo amar y servir.
Una característica que se resalta en el Instituto es la alta formación en valores. No solo educa en calidad y desarrollo del conocimiento, sino también en principios humanos como honestidad, humildad, respeto, innovación y solidaridad, entre otros, haciendo de los egresados verdaderos referentes en palabra y conducta de los preceptos de la espiritualidad ignaciana.
La visión del IEESL se refleja en cada alumno formado, a quienes se le abren las puertas para el progreso personal y el bien colectivo.
Por Alexander Vallejo