ECONÓMICAS

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Belkis Marte: “Mi sueño de escritora es ver a los niños enamorarse de los libros”.

Entrevista realizada en el Programa Loyola es Cultura producido por la emisora Magis 98.3 F.M 

 

Por Julio Pernús, periodista del IPL

JP: Belkis Marte es una escritora sancristobalense que vive entre Nueva York y la República Dominicana, y que ansía regresar a su tierra. Pero dejemos que ella misma nos cuente quién es.

BM: Soy una mujer con alma de niña que nació en El Tablazo, barrio de la provincia de San Cristóbal, en República Dominicana, y se trasladó a Nueva York con solo 19 años. Crecí con la ilusión de poder contar historias, pues soñaba —sueño— con que las cosas que pasen en mi “campo” se retengan para siempre en la mente de todos los lectores, y por eso decidí escribirlas. 

Al escribir, le he dado quienes me leen la posibilidad de conocerme más a fondo, pues son historias las que narro que no solo me han pasado a mí, sino a muchas personas, de ahí que no pocos se digan, “mira, lo escrito por Belkis me ha ocurrido a mí también”.  

JP: Belkis, usted dijo que poner un libro en las manos de un niño es como sembrar miles de árboles. Para usted, 

¿qué representa el poder llevar la lectura a los lugares más recónditos de San Cristóbal y la República Dominicana de forma general? 

BM: Yo de pequeña no tuve la posibilidad de tener o leer libros y conocer tantas historias. Luego de vivir en Estados Unidos por muchos años, regreso a Dominicana y veo que lo mismo que me pasó a mí le sigue sucediendo ahora a los niños de la ruralidad, por eso tomé la decisión de irme al campo y llevarles todas mis experiencias, pues yo en ellos me veo reflejada. 

JP: La vocación de escritor surge de muchas formas, ¿cómo surgió la tuya Belkis?

BM: Para ser sincera ni sé bien, yo escribía siempre y no sabía que lo hacía. De niña era muy tímida y al no poder expresar mis sentimientos de otra forma los trasladaba al papel. Luego de adulta, cuando tuve a mis tres niños que son americanos y les contaba a ellos las historias de mi niñez en el campo dominicano, ellos se asombraban al saber que andaba descalza y que no tenía libros. A veces me decían: “mami, pero cómo puede ser que tú no tenías libros si los libros están en todos lados”, yo les respondía, “pues así mismo era y solo las historias que me inventaba me permitían soñar”. 

JP: Todo escritor es también un deudor eterno de sus maestros, tú que comienzas a escribir a una edad madura, ¿cómo logras armar tus primeros libros?

BM: En realidad todo parte de mi necesidad desde niña de inventar historias. Sabía escribir, pero no cómo convertir esas letras en literatura, y poco a poco fueron surgiendo informaciones y personas que me permitieron llevar esas historias a los libros.

Ahora me viene a la mente Edgard Smith, fue el que me dio la primera oportunidad y con su ayuda pude sacar mi primer texto titulado Memorias de mi Infancia. Fíjate que siempre decía “debo publicar mis historias”  y faltando dos o tres meses para cumplir mis cincuenta años me dije: “siempre sueño con escribir mis memorias y ya ha pasado la mitad de mi vida y no lo he hecho”. Desde ese momento me propuse regalarme ese libro por los cincuenta años y mi hija Kimberly me ayudó en el proyecto regalándome una laptop. 

Fue una cosa muy loca pues no dormía ni comía, simplemente escribía, y así llegó mi primer libro, un material que todavía está dando mucho de que hablar por su rico contenido. Luego que uno se lanza en este ruedo aparecen gente buena como Ramón Mesa, amigo e impulsor de mi último libro infantil que se llama Aire y Árbol al que él le hizo un trabajo fenomenal. 

JP: Belkis, ¿y cómo después de vivir tantos años en Nueva York decides regresar a San Cristóbal, tus orígenes, para materializar tu sueño de escritora?

BM: Ricardo Boguea y amigos como Ramón Mesa y su esposa me ayudaron mucho a tomar esta decisión. Tengo una anécdota peculiar sobre eso y es que un día paso por la cafetería La Candela y veo libros disponibles para el consumidor, lo que me motivó a sentarme y abrir uno de ellos mientras pedía un jugo. Al rato lo empiezo a oler y se me acerca un señor y me dice: “yo soy Ricardo Boguea, dueño de esta cafetería que es un punto de lectura y nunca había visto a nadie oler un libro”. Con él aprendí el concepto de "punto de lectura" y te puedo decir que ya llevo abiertos veintiuno en San Cristóbal y ya me están llamando desde otros pueblos. 

JP: Belkis, todo esto de generar puntos lugares— donde la gente pueda obtener libros cerca de sus barrios se vincula con ese proyecto que creaste llamado El Tablazo Lee, cuéntanos un poco de qué va esa obra y sus perspectivas futuras. 

 BM: El Tablazo Lee surge por la misma necesidad de llevar a los niños del campo las lecturas. Yo quería una biblioteca, pero sabía que eso requería mucho dinero. El Tablazo es por el nombre de mi pueblo natal y siempre he soñado con el campo, en la ciudad lo tenía todo el tiempo en la mente, pues conocía bien ese olor a naturaleza que ya no tenía. Como todo sueño, comenzó de a poco y tuve que conversar con varias juntas de vecinos hasta que me ofrecieron un lugar donado por Digna Ceballos, una señora que nos ha ayudado muchísimo. Ella donó un espacio para un lugar comunitario y me permitieron hacer arriba una biblioteca. 

 Todo lo comencé sin un chele, para eso empecé a pedir libros y algún tipo de ayuda económica. Lo que me llegó primero fueron los libros y por eso emprendí mi sueño con los puntos de lectura. El primero que armé fue en El Tablazo, en la casa de Judit, todo lo que puse fue un librero en su casa y le puse "Biblioteca Belkis Marte" en la puerta, y la gente se acercó a leer. Ya voy por veintiuno y me han seguido llegando peticiones, por lo que considero que tengo montadas como una especie de bibliotecas ambulantes, aunque no descarto el poder tener una en un sitio fijo. 

Lo bueno de lo que hago es que noto cómo mis libros están llegando a los lugares donde más necesidad existe. Fíjate que primero solo podía poner puntos de lectura en San Cristóbal y ya me estoy expandiendo a otros lugares. Nada de esto sería posible de no tener disponibles muchas manos generosas que me han ayudado de forma desinteresada y cariñosa. 

JP- Belkis, ¿si alguien desea armar un punto de lectura en su casa qué condiciones debe tener? 

 

BM: Para logar este sueño me he construido unos libreros y el que necesite un punto de lectura le llevo ese librero con más de ciento cincuenta libros y le pido a los adultos, dueños del hogar, que donaron ese espacio, la posibilidad de leer al menos una vez a la semana esos libros con algunos chicos de la comunidad. También les entrego una libreta para que puedan prestar los textos, pero siempre les digo que si un niño viene y les dice que le gustó mucho el libro y desea quedárselo, se lo regalen, pues de eso se trata mi sueño de escritora, ver a los niños enamorarse de los libros. 

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