La palabra hogar solemos relacionarla con un techo, con paredes y piso, pero lo descrito realmente hace referencia a una vivienda; por lo que hablar de un hogar se trata quienes lo conforman, residen o viven en él, es el lugar o sitio donde conviven los miembros de una familia no importando cómo esté estructurada o formada.
Es el espacio de convivencia cotidiana en el que se ha de construir el ser humano en su interrelación, convivencia y aprendizaje.
En un hogar se han de fomentar los vínculos afectivos; los valores del amor, el perdón, el servicio, la solidaridad, del consuelo y el respeto por los demás.
Es donde a pesar de no contar en muchas ocasiones con lo necesario, con comodidades y lujos; pueda ser el lugar en donde se hagan acrecentar el valor de la reflexión, del trabajo, el sacrificio, la honestidad ya la vez se garantice la integralidad y la sana convivencia.
Esto no ha sido una tarea fácil de cultivar y de desarrollar en los últimos 20 años, ya que este núcleo central de la sociedad ha sido el más bombardeado de promesas incumplidas, abandonos y engaños.
Partiendo desde la gran brecha de desigualdad social que existen en muchos de los hogares dominicanos, donde unos pocos tienen de todo en abundancia y hasta para derrochar, mientras que otros no cuentan ni siquiera con que subsistir.
Es por eso que cómo sociedad no podemos olvidarnos de esos hogares vulnerables y de esas familias que viven en la indigencia; entendiendo que es sólo responsabilidad de los gobiernos; pués no es así, lo es también de todos.
Por Javier Agustín