Por Javier Agustín Medina
Para los que creemos en la existencia de un ser superior, supremo, un Dios todopoderoso, soberano, omnipotente, hemos contado a lo largo de los siglos con un compendio de libros que nos han servido de guía, herramienta de consulta, soporte de la fe, decálogo normativo, instrumento de reflexión, de apoyo y esperanza, nos referimos a La Biblia.
Ella es un conjunto de libros, considerada por muchos como una biblioteca que le ofrece a cada lector un océano incalculable de enseñanzas para la vida, a través de sus escritos narrativos, poéticos, históricos, reflexivos, de orientación, sapiencia y otros, que ayudan al ser humano a una mejor conveniencia de él con el otro y su entorno.
Durante toda la historia, La Biblia ha constituido el libro de mayor controversia y a la vez el que ha generado más discusiones entre los campos de la ciencia y el saber, lo que ha llevado a muchos eruditos y exégetas a concluir que La Biblia no es un libro para la investigación o comprobación científica que, aunque la ciencia y la fe vayan de la mano, tanto una como la otra deben caminar por senderos distintos, porque La Biblia no es libro de ciencia, sino de fe.
En el mundo en el que actualmente vivimos, bombardeados de ideologías que contraponen a la ciencia, conceptos y criterios que se alejan de lo humano, es La Biblia la mejor herramienta que ha de servirle a las personas para orientar su vida hacia la construcción de un mundo más justo y humano para todos.
Son muchos los que han resultado impactados a través de la lectura de La Biblia y que ha dado cambios radicales y muy positivos para el mundo. Y es por eso que en este mes de septiembre se dedica a motivar la lectura de la palabra de Dios en honor a Casidoro de Reina, quien un 26 de septiembre terminó de imprimir una de las más difundidas traducciones de La Biblia al idioma español en 1569, aunque ya otras traducciones se habían realizado siglos atrás.
Te invitamos a que no te pierdas la oportunidad de descubrir las riquezas incalculables en sabiduría y conocimientos, como también el poder encontrarte contigo y con tu Dios, el cual te lo proporcionará el escudriñar las páginas de este gran libro llamado La Biblia.