Santo Domingo, R.D.- La Conferencia del Episcopado Dominicano (CED) reiteró su rechazo a la legalización del aborto, al señalar que esta postura “es un grito de alerta en contra de una sociedad que se organiza predominantemente sobre valores utilitaristas”.
En el documento titulado “Y al mundo mostremos que somos hermanos”, ,emitido con motivo de la Independencia Nacional, los obispos lamentan que el mundo actual se encuentre ante lo que el Papa Francisco denomina la “sociedad del descarte”, donde no se considera a la persona como un valor primario que hay que amparar.
En ese orden, reflexionan sobre realidades dominicanas a partir de la encíclica social del Papa Francisco “Fratelli Tutti”, desde la cual hacen una invitación a construir el “espíritu fraterno en el hogar que le ha tocado vivir, independientemente de cómo esté compuesto, y quienes no hayan tenido la gracia de crecer en una familia estable podrían ser acogidos por familias bien constituidas”.
De ahí que los representantes de la Iglesia católica en la República Dominicana animen a la Pastoral Familiar, a través de las universidades, a realizar un simposio abierto, con el objetivo de plantear las bases de una auténtica política pública familiar para la sociedad dominicana.
En el mensaje también abordan la inmigración, donde al igual que el Papa, los prelados comprenden lo delicado de la situación, ya que muchas sociedades que reciben inmigrantes sienten amenazado su nivel de vida; y recuerdan que la problemática “requiere de una posición racional y justa para su solución”, tomando en cuenta que la población inmigrante “es quizás la más vulnerable en todos los rincones del mundo”.
De igual modo, el Episcopado hace referencia a la corrupción pública, al expresar su deseo de que la “indignación contra algunos políticos se vea acompañada por una revisión de vida personal en todos los niveles y en todos los ambientes, para no caer en aquella mala práctica de solo ver la paja en el ojo ajeno”.
Entienden que “la corrupción estatal hiere esta sensibilidad universal que reclama un trato igualitario para todo ser humano y atenta directamente contra la integridad de toda la sociedad, pues desvía los fondos necesarios para implementar las políticas sociales”.
Asimismo, la CED deplora la difusión de noticias falsas al catalogarla como un virus que profundizó la carga viral de la pandemia del covid-19 y originó la búsqueda de soluciones desesperadas e irracionales que atentaron contra las medidas sensatas del Ministerio de Salud Pública (MSP).
“Las noticias falsas virales infectan de individualismo y agresividad a una velocidad inusitada. No podremos combatir la pandemia de covid-19 sin esta toma de postura fundamental, que nos debe llevar a cuestionar el uso responsable de las redes sociales”, explican los obispos.
Finalmente, exhortan al pueblo dominicano a solucionar en conjunto lo que afecta a todos: “Es, pues, necesaria la colaboración de cada ciudadano y ciudadana. La pandemia nos golpea a todos: hemos perdido seres queridos, son palpables los perjuicios económicos, nos vemos constreñidos por las medidas sanitarias… Pero la fe nos invita a cultivar una sana esperanza ante la dolorosa situación. Como ya expresamos, aun en medio del sufrimiento, debemos saber agradecer tanta solidaridad, entrega, amor fraterno, ayuda privada y pública”.
En la alocución de esta nota, Monseñor Faustino Burgos Brisman, obispo auxiliar de Santo Domingo y secretario general de la CED, aprovechó la ocasión para invitar a toda la ciudadanía a cooperar con las autoridades y a estar en disposición para vacunarse, conforme al protocolo establecido por el Gabinete de Salud.
Sobre el Mensaje y la Carta Pastoral
Es uno de los documentos oficiales de la CED, que se publica en el mes de febrero, en ocasión del aniversario de la Independencia Nacional, va orientado a tratar temas de interés nacional, presentando al país orientaciones, a la luz de la fe, de carácter socio político y dirigido a todos los dominicanos.
A diferencia, en el documento llamado “Carta Pastoral”, los obispos se dirigen especialmente a la feligresía católica, tocando un tema doctrinal, catequético, pastoral y teológico. Su publicación se realiza en ocasión de la festividad de Nuestra Señora de la Altagracia, protectora del pueblo dominicano, celebrada cada 21 de enero.