Al día siguiente de un aparente intento de asesinato, el expresidente estadounidense Donald Trump hizo un llamado el domingo a la unidad y la resiliencia, al tiempo que el mundo político se estremecía por el hecho que lo dejó herido pero “bien”.
Un exjefe de bomberos que asistía al evento con su familia murió, al igual que el presunto agresor. Otras dos personas también resultaron gravemente heridas.
El virtual candidato presidencial republicano dijo que la parte superior de su oreja derecha fue impactada en el tiroteo. Sus asesores indicaron que Trump estaba “de buen ánimo” y bien.
“Supe inmediatamente que algo andaba mal porque escuché un zumbido, disparos e inmediatamente sentí la bala atravesando la piel”, aseveró en una publicación en su red social Truth Social. “Hubo mucho sangrado”.
Luego el domingo, Trump escribió que “solo Dios evitó que ocurriera lo impensable”.
El gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro, identificó el domingo al espectador que murió como Corey Comperatore, un exjefe de bomberos de la zona, y dijo que “murió como un héroe”.
El FBI identificó al tirador como Thomas Matthew Crooks, de 20 años, residente en Bethel Park, Pensilvania, que se encuentra a unos 80 kilómetros (50 millas) del lugar del incidente. Un funcionario del FBI afirmó que los investigadores aún no han determinado el motivo.